Cambios en el PP
Cospedal seguirá de secretaria general
Mariano Rajoy no es partidario de introducir cambios en el organigrama de su partido hasta después de las próximas elecciones generales. Si gana, hipótesis que se fortalece con los resultados del PP en las autonómicas y municipales, se verá obligado a hacer un partido a la medida de las nuevas circunstancias, es decir, un partido satélite de la acción de gobierno.
Por eso hoy entiende que no tiene sentido gastar energías en decisiones que inevitablemente tendrían un coste interno, porque siempre que hay nombramientos y ceses hay gente que se molesta, y que además deberían ser revisadas en cuestión de meses. Ése es uno de los motivos que justificarían que María Dolores de Cospedal compatibilice la secretaria general de PP y la Presidencia de Castilla-La Mancha hasta las generales. Cospedal ya ha estado combinando su dedicación al partido y a esta comunidad autónoma en un momento especialmente intenso y con una exigencia de trabajo que en su entorno no creen que pueda ser muy superior a partir de ahora. A este argumento hay que añadir otra razón de peso: la Secretaría General es un puesto muy delicado por su interferencia en todas las cuestiones de organización, desde listas electorales a decisiones estratégicas. El momento que viene, la puesta en marcha de toda la maquinaria para las generales, incluyendo las candidaturas, es especialmente sensible y Rajoy no es muy aficionado a los experimentos.
Tal es la relevancia del cargo de secretario general, que en el PP se ha librado un pulso soterrado entre los partidarios de que Rajoy convoque un Congreso Nacional antes de las generales y los más reticentes a esta hipótesis. Rajoy, como casi siempre, ha optado por mirar los toros desde la barrera hasta que tome la decisión definitiva. Todo apunta a que hay más posibilidades de que al final no se celebre, pero a nadie se le oculta que entre los partidarios de convocarlo había quien tenía la vista puesta en el relevo de Cospedal y en el posible nombramiento de un coordinador general hasta el final de la Legislatura. Casi todo vale para intentar influenciar en las listas y tomar posiciones ante el previsible asalto del PP a La Moncloa.
Rajoy mantiene la incógnita
Ayer Rajoy no fijó posición oficial ni sobre el cónclave nacional que, por estatutos, debería celebrar el PP antes de 2012 ni sobre el futuro de Cospedal. Sólo anticipó una próxima Junta Directiva y una reunión con los presidentes regionales para valorar las decisiones que correspondan. Por su parte, Cospedal prefirió ser prudente y dejó en manos de Rajoy su futuro dentro del PP, pero ella sabe que el líder popular ya le ha comunicado a propios y a extraños que no ve ningún problema en que continúe con sus actuales responsabilidades dentro del partido. La presidenta electa de Castilla-La Mancha sí confirmó ayer que renunciará a su escaño en el Senado, aunque es compatible con la presidencia regional que va a ostentar a partir de ahora, y que iniciará de inmediato los contactos con el equipo del socialista José María Barreda para hacer un traspaso de poder «lo más ordenado y transparente posible». Llega al gobierno manchego con el aval de los cinco puntos que ha sacado de ventaja al PSOE en las autonómicas, que se elevan a siete en las municipales. Y con más de 55.000 votos a su favor.
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