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El euro cumple diez años en el peor momento de su historia

Desde su máximo histórico, en julio de 2008, la moneda única ha ido perdiendo terreno respecto al dólar. Inicia 2012 con un cambio de 1,2939

El euro cumple diez años en el peor momento de su historia
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MADRID– El euro ha perdido el año 2011. Un total de 365 días de cambios para volver casi al mismo sitio en el que comenzó: en torno a los 1,30 dólares. Pero lo peor es que la moneda única europea deja la sensación en los mercados de que el camino por recorrer en los próximos meses será un descenso continuo, después de marcar en la penúltima sesión del ejercicio su mínimo del año: 1,2829 dólares.

Diez años después de que el euro llegase al bolsillo de una docena de países europeos, allá por 2002, la moneda única sigue pagando el precio de los rescates de tres de sus socios (Grecia, Irlanda y Portugal), la desconfianza sobre la deuda soberana de la práctica totalidad de los países miembros, con la excepción de Alemania y algún país nórdico, y las malas perspectivas de crecimiento para el presente ejercicio. Aunque la economía estadounidense no atraviesa su mejor momento, al dólar le ha bastado su condición de moneda refugio para salvar el tipo en el año que acabamos de despedir.

Inflacionista
Trece años después de su nacimiento, el 1 de enero de 1999, el euro sigue dejando las mismas sensaciones en los ciudadanos. Ha encarecido la vida en los países del sur de Europa. Puede que no les falte razón, pero no se puede olvidar que buena parte del aumento que han soportado los precios en nuestro país y en algunos otros es consecuencia de años de fuerte crecimiento económico, que dispararon el consumo de bienes y servicios.

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística, el Índice de Precios de Consumo (IPC) ha subido entre el 1 de enero de 2001 y el 30 de noviembre de 2011 (último dato oficial publicado) un 31,6%. Sólo en su primer año de vida, en 2002, el IPC subió un 4%, el doble del valor recomendado por el Banco Central Europeo. Y entre 2002 y 2004, la inflación creció un 10,2%.

Vendida por los políticos como símbolo del europeísmo que imperaba a finales del siglo pasado, la moneda única se presentó en sociedad oficialmente el 1 de enero de 1999 y, ante el público, tres años después como adalid del crecimiento y la creación de empleo. Ahora, cuando la crisis ha acabado con todos lo signos de la opulencia, el balance de la moneda única se presenta algo más confuso. Los ciudadanos identifican el euro con inflación, y se refugian en la nostalgia para hacer cábalas acerca de si las cosas hubieran ido mejor con la peseta, sobre todo tras los fortísimos ataques sufridos por la deuda española desde el verano pasado.

Más luces que sombras
Los economistas, sin embargo, no tienen tantas dudas: sin formar parte del euro, el futuro de España hubiera sido mucho peor. Hace sólo unos pocos días, el nuevo ministro de Economía, Luis de Guindos, manifestaba que «independientemente del impacto que la llegada del euro tuvo en los precios, yo creo que ha sido extremadamente positivo para España». De no haber sido por la moneda única a casi nadie le cabe duda de que España estaría en una situación mucho peor.

A lo largo de estos trece años de historia, el euro ha pasado por multitud de peripecias. Inició su andadura con un cambio de 1,17 dólares y ha cerrado 2011 en 1,2939.

En sus primeros años tuvo que vencer la resistencia de toda la maquinaria estadounidense puesta al servicio de la Reserva Federal. En menos de dos años, la moneda única se arrastraba por los mercados de divisas. Así, el 26 de octubre de 2000 marca su mínimo histórico y cierra a 0,8252 dólares. Cuando llega a la economía real, no sólo a la financiera, el euro se cambia por apenas 0,9038 dólares. El 27 de enero de 2000 ya había perdido la paridad con el billete verde.

Un futuro incierto
Desde aquella fecha, todo el camino que ha tenido que recorrer ha sido cuesta arriba. Los años 2007 y 2008 marcan los mayores momentos de esplendor del euro, que coinciden con el estallido de la crisis financiera en los Estados Unidos. En julio de 2008, un par de meses antes de que estalle Lehman Brothers, el euro rompe durante la sesión del 15 de julio la barrera de los 1,60 dólares, aunque termina cerrando en 1,5990, su mayor registro hasta el momento.

¿Qué puede pasar en los próximos meses? Todo apunta hacia un fortalecimiento del dólar. Las ventas masivas de deuda soberana nominada en euros no han favorecido el cambio de la moneda única y nadie ha dicho que se hayan suspendido.


QUÉ TRAJO EL EURO
Dinero barato e inflación

1.- Tipos de interés
La creación del euro se dejó notar en la caída del precio del dinero en España hasta el actual nivel del 1%, el más bajo en la historia.
2.- Fomento de la inflación
El cambio de un euro por 166,386 pesetas obligó a redondear los precios en la nueva moneda, lo que propició un incremento notable de la inflación.
3.- ¿Salir del euro?
La crisis ha resucitado el debate en algunos países. Serían inimaginables las consecuencias, que empezarían con sucesivas devaluciones de la peseta, como ocurrió a mediados de los 90.


284.187 millones de pesetas sin cambiar
Diez años después de la entrada en funcionamiento del euro como moneda común de varios países europeos, aún quedan muchos millones de pesetas sin cambiar. Según los últimos datos del Banco de España correspondientes al mes de octubre, españoles y turistas conservan en su poder un total de 284.187 millones de pesetas en billetes y monedas. O lo que es igual, el equivalente a 1.708 millones de euros. Cerca de 150.000 millones de pesetas en billetes no han sido cambiados aún, aunque, a diferencia de otros países, nunca vencerá el plazo para poder hacerlo. En monedas no han sido devueltas al Banco de España casi 135.000 millones de pesetas. El ritmo de devolución de pesetas es cada día más lento. En los últimos doce meses se han cambiado apenas 14 millones de euros en billetes y únicamente tres millones de euros en monedas. Desde 2005, se han cambiado sólo 18 millones de euros en monedas, lo que hace suponer que 133.000 millones de pesetas nunca regresarán al Banco de España y se quedarán como recuerdo de una divisa que fue creada en 1868 y que ha sido moneda nacional de España durante 134 años, hasta el 28 de febrero de 2002. En España circulan 68.346 millones de euros en billetes y 3.691 millones en monedas.