Navarra
Objetivo: la excarcelación de presos
Los últimos pasos del entorno proetarra confirman la estrategia a seguir
MADRID-Presos y negociación. Las últimas manifestaciones del mundo de ETA confirman la estrategia que va a seguir EH-Bildu en el Parlamento elegido ayer, y que, tal como adelantó LA RAZÓN en su edición del pasado día 15, pretenden forzar al PNV a que vote a favor sobre asuntos a los que ya ha manifestado su apoyo en los últimos tiempos. De esta manera, se escenifica una especie de unidad de los separatistas, dentro del plan de la banda y su entramado de hacerse con la hegemonía del nacionalismo vasco, si bien los resultados, 27 del PNV por 21 de los «bildutarras), ponen las cosas un poco más complicadas. El pasado 19, el llamado «Colectivo de Presos Políticos Vascos» (EPPK) hizo público un comunicado, en el que, además de pedir el voto para EH-Bildu, hacía un llamamiento a la «sociedad vasca» con el fin de que se una a las movilizaciones de noviembre (que no detallan), y terminar con «las situaciones de «dispersión y excepción» de los reclusos. Esas movilizaciones coincidirán en el tiempo con la constitución del nuevo Parlamento y su finalidad no es otra que la de presionar para que se adopten resoluciones tendentes a pedir la libertad de los presos «enfermos»; de los que se les ha aplicado la «doctrina Parot», y los que tienen cumplida las tres cuartas partes de la condena. Después, vendrán las exigencias para que salgan el resto de los reclusos. Es cuestión de tiempo y de sufrimiento para las víctimas de ETA y las gentes de bien. En el comunicado, como no podía ser menos, arremetían contra el PNV (no les ha servido de nada) para tratar de ponerle frente a unas supuestas contradicciones, ya que la acusaban de «pudrir el proceso político españolizando a la ciudadanía vasca y condenado a Euskal Herria a la debacle de España». «Precisamente –recordaban– la dispersión se inició con la imprescindible ayuda del PNV y seguimos con la dispersión, las deportaciones y con la negación de todos nuestros derechos». Por lo que se refiere a una negociación entre los ejecutivos de Madrid y París con ETA, fue EH-Bildu la que el pasado sábado, en rueda de prensa, subrayó que «es el momento de llenar las sillas y la mesa que los gobiernos de España y Francia mantienen vacías». «Tienen que empezar a hablar para solucionar y cerrar para siempre los asuntos que les corresponden. Los partidos y los representantes de la sociedad haremos también el camino para conseguir la normalización». Lo de la «normalización» no es otra cosa que retomar las negociaciones que socialistas y nacionalistas mantuvieron con ETA-Batasuna en el Santuario de Loyola (Guipúzcoa), durante el «proceso» de 2006-2007, para abrir las vías que lleven a la independencia del País Vasco, con la anexión de Navarra. Sin embargo, este asunto, que puede poner a los nacionalistas de perfil en estos momentos, en plena crisis económica, no figura en la agenda inmediata de los proetarras. Saben que si no se avanza en el tema de los presos va a a ser muy difícil tener tranquila la banda, que celebra un debate interno, cuyo resultado, como en toda organización marxista-leninista, será el que convenga. Siempre conviene lo que deciden los jefes. Y con ese factor de riesgo no quiere jugar nadie. Ni siquiera ellos.
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