España

El debido respeto por Benito Floro

La Razón
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Todos los equipos, cuando juegan un partido, atacan y contraatacan. Que se cataloguen de equipos más de contraataque (Italia) que de ataque (España) está en función de dos cosas: del lugar desde el que realizan mayoritariamente su labor defensiva: si en su cancha, replegados, o en la del rival, desplegados; y como consecuencia de ello, si contraatacan rápido o combinan para no perder la posesión. Italia adopta una formación 1-4-1-3-2 y se posiciona en repliegue para defender y desde ahí contraatacar. Eso beneficia el juego ofensivo de España, a la que, como ante Portugal, le molesta que el rival adelante líneas para acosarla; pero le perjudica en lo defensivo porque, para evitar el peligro de su contraataque, hace falta que el acoso inmediato se realice sobre todo a Pirlo de manera per-manente. Ambas formas de jugar son dignas y permiten ver buenos partidos, como hoy veremos con toda seguridad, porque lo aburrido es cuando los dos equipos juegan al contraataque, cosa que no sucederá porque España no va a cambiar su estilo de juego.

España está ante otro partido para la historia. Debe combinar más que nunca, aunque haya momentos que de tanto toque alguien se aburra, pero ése es el camino para adormecer la agresividad defensiva de los italianos y buscar los fallos en una defensa que es fuerte por su repliegue, pero no porque trabaje bien la línea horizontal. La habilidad con el balón por las bandas debe ser nuestro caballo de Troya, sin abandonar nuestra agresividad para quitarles el balón rápidamente cuando se pierda en juego. Ninguna de las dos selecciones va a cambiar su estilo, porque ambas se sienten plenamente identificadas con lo que hacen, así que el disfrute para los amantes del juego estará en ver esa lucha ya explicada y bien definida. Que gane España por méritos y para compensar los premios al ataque frente al contraataque, por digno que éste sea.