Alicante

El zumo de pomelo interfiere en el tratamiento de quimioterapia

Investigadores de la Plataforma de Oncología del Hospital USP San Jaime, en Torrevieja (Alicante) han demostrado que la ingesta de zumo de pomelo durante el tratamiento con docetaxel -un fármaco utilizado en el tratamiento del cáncer- interfiere en su eliminación y aumenta el riesgo de toxicidad. Este hallazgo se ha publicado en el número de diciembre del 'British Journal of Clinical Pharmacology'.

Concretamente, este medicamento, que está indicado para tratar el cáncer de mama, pulmón, próstata y gástrico, es eliminado a través del hígado. Sin embargo, el pomelo ralentiza la eliminación de docetaxel y, al quedarse acumulado en el organismo, aumenta el riesgo de toxicidad.

En declaraciones a Europa Press, la doctora Belén Valenzuela, responsable de la Unidad de Farmacoterapia Personalizada del citado centro sanitario, ha reconocido que "el pomelo interacciona no solo con este fármaco sino con otros ya descritos en la literatura científica", que pueden ser aquellos utilizados como hipertensivos o estatinas, usadas para disminuir el colesterol.

Valenzuela ha aclarado que esta interacción que produce el pomelo con el fármaco desaparece cuando el paciente deja de ingerir este tipo de fruta. "No queremos decir que haya que dejar de tomar pomelo, puesto que tiene propiedades antioxidantes o vitamina", ha insistido.

Esta interacción supone que el tiempo en eliminar el fármaco del organismo se duplique, ha advertido Valenzuela. No obstante, el pomelo no es el único, puesto que existen "plantas medicinales como la hierba de San Juan", que también interfieren y generan efectos secundarios.

REACCION «BASTANTE INESPERADA»

Por su parte, el director de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime, el doctor Antonio Brugarolas, ha reconocido que este descubrimiento es interesante, puesto que su consumo provoca una reacción "bastante inesperada".

De esta manera, Brugarolas ha explicado a Europa Press que los efectos que produce el consumo de pomelo con el tratamiento de docetaxel fueron descubiertos cuando analizaron la sangre de una paciente y observaron una concentración elevada del fármaco. Después, al ser preguntada sobre los alimentos que consumía diariamente, reconoció su preferencia por el pomelo.

Valenzuela ha reconocido que el hallazgo ha sido posible por la monitorización de los niveles de los fármacos en sangre que se realiza en su unidad. "Si no hubiéramos monitorizado el comportamiento del docetaxel, habríamos podido pensar que la paciente tenía una sensibilidad al fármaco superior a la media de la población, nunca hubiéramos conocido el origen de esa toxicidad y la actuación farmacoterapéutica habría sido diferente", ha argumentado.

De esta manera, los profesionales sanitarios supervisan, una vez aplicado el tratamiento, los niveles del fármaco en sangre y valoran "la concentración", ha precisado la doctora. Esta información permite definir la dosis óptima que maximiza la probabilidad de alcanzar la respuesta deseada y disminuir el riesgo de desarrollar efectos adversos.

Por último, Brugarolas ha subrayado la importancia que tiene que el paciente remita a su médico los alimentos y medicamentos que consume durante el tratamiento "aunque, en principio, puedan parecer inocuos"para ver las posibles interacciones.