Elecciones generales
A la caza del consenso
MADRID- Acercar la política a los ciudadanos. Éste es, según el PP, el objetivo de la reforma de la Ley Electoral adelantada por LA RAZÓN y que ayer presentó el portavoz popular en la Asamblea, Iñigo Henríquez de Luna. Este cambio legal, inspirado en el modelo alemán, plantea la creación de dos urnas. En la primera, los madrileños elegirían de forma directa a un diputado en cada una de las 43 circunscripciones en las que quedaría dividida la Comunidad. Estos diputados se convertirían en representantes de los vecinos de la circunscripción en la que resulten los más votados: «Tendrán que ganarse el voto, conocer los problemas de los ciudadanos y comprometerse a resolverlos», subrayó Henríquez de Luna. En la segunda urna, con listas cerradas, los ciudadanos elegirían los otros dos tercios de los escaños. Esta segunda urna compensaría los resultados de la primera e impediría que los grupos minoritarios vieran mermada su representación en la cámara.
La reforma requiere el voto favorable de dos tercios de los diputados al implicar la modificación del Estatuto de Autonomía y de la Ley Electoral. Ello implica que, para sacarla adelante, el PP debe contar con el respaldo del PSOE o de Izquierda Unida y de UPyD. Ante este horizonte, Henríquez de Luna subrayó la voluntad de su grupo de alcanzar el máximo consenso posible. La portavoz socialista, Maru Menéndez, rechazó la reforma y acusó a la presidenta regional de querer blindarse de cara al futuro: «Aguirre pretende dejar cerradas en la Comunidad unas condiciones de privilegio para su partido». También Izquierda Unida expresó su oposición total al cambio por querer instaurar, según Gregorio Gordo, «un sistema de partido único en nuestra Comunidad». Por su parte, Luis de Velasco, de UPyD, aseguró que la reforma le parece interesante y «suena bien, si respeta la proporcionalidad».
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