El año y medio en prisión afecta ya a la salud mental de Asia Bibi

ROMA- Según la ONG Masihi Foundation, que defiende los derechos de los cristianos paquistaníes y asiste legalmente a esta madre de cinco hijos condenada a muerte por una supuesta blasfemia contra Mahoma, sus condiciones psicofísicas se están degradando por el encarcelamiento y la incertidumbre ante su futuro. «Necesita de forma urgente un control médico completo», denuncia Haroon Barkat Masih, director de la ONG, a la agencia Fides, dependiente de la Congregación Vaticana para la Evangelización de los Pueblos.
Los problemas derivados de año y medio de cárcel y el aislamiento de su familia han hecho mella en Bibi, quien sólo en algunos momentos se mantiene lúcida. Entonces muestra que sigue con la moral alta, e incluso afirma que «perdona a sus verdugos». Los miembros de la Masihi Foundation comprobaron el deterioro de las condiciones mentales de esta cristiana de 46 años cuando fueron a hacerle una visita para darle ánimos y felicitarle la Navidad.
«A causa de su confinamiento en soledad, Asia Bibi está notablemente envejecida, tiene un color pálido, parece muy frágil, incluso incapaz de estar sola. Cuando la vimos, su mirada vagaba en el vacío, no era capaz de entender lo que le estaba pasando, estaba completamente confundida y sorprendida. Durante todo el tiempo de la conversación, que duró dos horas y veinte minutos, sus pensamientos fueron a la deriva», afirma la ONG paquistaní en un comunicado. «Reaccionó a los estímulos con emociones opuestas: riendo, llorando y quedándose en silencio durante largos periodos de tiempo».
Bibi fue condenada por un tribunal de Lahore a la pena capital por blasfemia el 8 de noviembre de 2010. La cristiana se convirtió así en la primera mujer en la historia de Pakistán que podría ser ahorcada si el Tribunal Supremo no anula el veredicto contra ella. «Es desgarrador que Asia siga encerrada en una celda, esperando durante un año a que se revise su sentencia a muerte», declaró a LA RAZÓN Ashiq Sidiqqi, el esposo de Asia Bibi, al cumplirse el primer aniversario de su condena. La Ley sobre la Blasfemia es utilizada a menudo como pretexto por los fundamentalistas para atacar a las minorías religiosas, sobre todo el cristianismo, que profesa el 4% de los paquistaníes.