Cuba

ANÁLISIS: Un futuro sin los hermanos Castro por Sebastián Arcos

La Razón
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l ¿Cree que Fidel conserva algún tipo de poder en el régimen cubano?
–Fidel Castro está separado del poder y probablemente no tenga ya ningún rol en el manejo de la isla. Raúl Castro ha ido afincando su poder personal, colocando a su gente de confianza en los puestos clave del aparato. No creo que el hecho de que Fidel esté más o menos enfermo cambie la situación. Sin embargo, la confirmación de su muerte sí será un factor importante. Eso no quiere decir que a los dos días vayan a producirse cambios. Su muerte tendrá como consecuencia movimientos dentro del régimen. Si se repasa la historia de los regímenes dictatoriales, veremos que una vez que el símbolo de la revolución es enterrado se liberan una serie de barreras mentales dentro del régimen que conducen inevitablemente a algunos cambios.
l ¿Esos cambios traerán más apertura o regresión?
–Se puede ir hacia atrás o hacia delante. Fidel Castro siempre ha sido visto como un obstáculo fundamental a cualquier tipo de reforma en Cuba. Esto no quiere decir que el presidente Raúl Castro sea un demócrata escondido, pero sí parece ser alguien más práctico. Fidel supo sacrificar cualquier cosa con tal de garantizar la estabilidad de su poder. Raúl parece ser igual. Sus reformas han sido mínimas. En lo político no ha habido cambios. Y en lo económico, si se comparan con las reformas de Deng Xiaoping en China o con las emprendidas por la dictadura de Birmania, llegaremos a la conclusión de que Cuba no se está moviendo. Raúl Castro está dispuesto a hacer ajustes para sobrevivir sabiendo que no tiene ninguna legitimidad, quiere dar la imagen de que es un reformista. La reciente reforma migratoria es más una sensación de movimiento que un movimiento. La realidad es que no está haciendo nada, aunque en política las apariencias a veces funcionan.
l ¿La revolución murió para los cubanos?
–Sí. Los cubanos no creen en el futuro del socialismo. La idea del hombre nuevo ha terminado en una sociedad más individualista que las sociedades capitalistas. Existe una obsesión por las cosas materiales en Cuba muy grande. Es el resultado de cincuenta años de carencias materiales y del doble colapso, el ideológico y el económico.
l ¿Qué futuro le espera a Cuba sin los Castro?
–Ellos están intentando un aterrizaje suave del régimen donde a muy largo plazo habrá un sistema parecido a lo que tienen ahora en la Rusia de Putin, una democracia muy controlada, con los hilos de la seguridad y de la economía en el poder del aparato comunista. A fin de cuentas, es un modelo muy familiar para los cubanos y para los países latinoamericanos.