Elecciones generales
Los muertos vivientes
Zapatero va a conseguir resucitar a los muertos. A los políticos, me refiero. La gente de izquierdas de este país se ha quedado sin referente y vuelve a mirar hacia Izquierda Unida, que ve con cierta incredulidad cómo las encuestas duplican la intención de voto en relación a los resultados obtenidos en marzo de hace dos años. La izquierda con convicciones, no la «gauche divine» que lleva años y años chupando del bote de las subvenciones cuando no acumulando patrimonio a la sombra del poder, en las próximas generales no tendrá más que dos opciones: quedarse en casa o votar a Cayo Lara una vez que se quite de encima a Llamazares, que ha sido el gran artífice del fracaso estrepitoso de la coalición en la última década. Da igual que el discurso que se pudo escuchar en la Asamblea de la Refundación del pasado fin de semana rezume naftalina por todos sus poros. En IU se pueden permitir ese lujo porque saben que no gobernarán nunca en España y se conforman con sostener a los socialistas en corporaciones locales y autonómicas. El retorno de los muertos vivientes, de los zombis que siguen hablando de la lucha de clases del proletariado parece cada vez más inevitable a la vista de la decepción que ha supuesto Zapatero, tan rojo por fuera y tan obediente ante los capitalistas por dentro. Con leyes supuestamente progresistas no se paga la hipoteca, ni el colegio de los niños, ni la letra del coche, ni el aumento de los precios de los bienes de consumo que va a consumarse el próximo jueves día uno de julio. Por eso puede haber mucho votante de izquierdas que esta vez opte por darle su apoyo al original y no a la copia. Ésta es una de las preocupaciones de la cúpula del PSOE, que ve como a la sangría que se anuncia por el centro se puede unir la de su flanco izquierdo, y ante eso va a ser muy difícil no darse el batacazo en el 2012, para el que va quedando menos aunque nos parezca una eternidad. Y una eternidad va a ser para quienes sigan sin encontrar trabajo a pesar de los recortes y la reforma laboral. Ninguna de las medidas económicas tomadas por el presidente convencen a casi nadie. Los empresarios ya están haciéndole guiños a Rajoy, por el que no daban un duro hace poco más de un año. Además de acudir en buen número a la conferencia en la que el líder del PP dibujó su alternativa económica, todo indica que se han producido no pocos encuentros privados. Zapatero cotiza a la baja a medio plazo porque nadie cree que la recuperación se produzca de manera perceptible antes de la cita con las urnas, y además los sacrificios a los ciudadanos van a ir en aumento ya que lo hecho hasta ahora es claramente insuficiente para sanear las cuentas públicas. Con este panorama no es de extrañar que los cantos utópicos de IU consigan atraer a los nostálgicos del llamado socialismo real. No son pocos los que no tienen ya casi nada que perder porque se lo ha hecho perder el socialismo irreal y gobernante. La Asamblea de la Refundación debería haberse llamado de la Resurrección porque hasta no hace demasiado tiempo Izquierda Unida era lo más parecido a Lázaro. Ya veremos si de la mano de don Cayo y la inestimable ayuda de este gobierno consigue levantarse y andar.
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