España

La ratonera

La Razón
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Zapatero ya no es dueño de su futuro, ni de sus decisiones electorales. Los resultados electorales del domingo han pulverizado cualquier elucubración. Han demolido cualquier especulación. Han destruido cualquier previsión política sobre el Partido Socialista, el futuro de Zapatero, las primarias socialistas e incluso la necesidad de un adelanto de elecciones generales. Por la calle Ferraz ha pasado un tsunami tan inesperado como contundente y ha dejado la sede federal socialista como un auténtico erial. Las elecciones han significado una derrota tan severa del PSOE, que ahora está todo manga por hombro, y cualquier conjetura sobre lo que tiene que hacer o dejar de hacer el Partido Socialista es inquietante e inestable. Los socialistas se han metido en una ratonera de la que es imposible salir. Hagan lo hagan todo tiene un tinte nefasto. La sangría de votos sufrida este domingo traducida en una brutal pérdida de poder municipal y autonómico coloca a Zapatero al borde del adiós. La agonía puede ser corta e indolora o por el contrario se puede convertir en larga y por lo tanto trágica. Pero, en todo caso, tomen la decisión que tomen, el aspecto de esta enfermedad, que se ha convertido en congénita, tiene muy mala pinta.

Por el momento el PSOE apuesta por mantener el calendario previsto. Elecciones primarias para el verano y elecciones generales para la primavera. Un calendario que hasta el 22 de mayo lo tenía Zapatero en sus manos, pero que en estos momentos –por mucho que se empeñen– se ha desmandado. Zapatero ya no es dueño de su futuro, ni de sus decisiones electorales. Ya no puede prevalecer por encima de lo demás agotar la Legislatura. Va a tener que bajar la cabeza y aceptar lo que le diga la dirección de su partido y muy especialmente el candidato/a a la presidencia del Gobierno, que es quien se va a jugar los garbanzos en las elecciones generales. La situación es límite. Zapatero no tiene más remedio que administrar con rapidez y con generosidad los tiempos para dejar La Moncloa haciendo el menor daño posible a España. En el PSOE tienen que ser conscientes de que los ciudadanos ya conocen el percal y que por lo tanto diez meses más de zapaterismo pueden significar una derrota sin precedentes del socialismo.

Los españoles ya no se creen a este Gobierno en nada. Incluido el último ridículo que ha hecho con el llamado Movimiento del 15-M. El vicepresidente Pérez Rubalcaba ha sido incapaz de hacer cumplir la Ley. Acabadas las elecciones, levantadas las acampadas. ¿Es una casualidad? El tiempo lo dirá pero por lo menos llama la atención. Con el PSOE hemos pasado de la patada en la puerta de Corcuera a la acampada libertaria de Rubalcaba. Da igual, al final los extremos se tocan y parece que lo que les importa es que no seamos todos iguales ante la Ley. Una estrategia que ha terminado cansando a todos. El PSOE ha tocado fondo. Si no lo reconocen, el hundimiento será más estruendoso que el del «Titanic». Así de claro.