Mehta y su discreta orquesta

La verdad sea dicha, es mejor escuchar a Zubin Mehta en Valencia, con la Orquesta del Palau de les Arts, que con la suya propia, que no es otra que la del Mayo Musical Florentino. Sin embargo ambos nombres unidos generan expectación y así se confirmó en el Auditorio Nacional con un lleno total. Entre los asistentes se contó con Dudamel, que había dirigido el día anterior dentro del mismo ciclo, y la Reina. Hay que recomendar, por cierto, que las visitas de personalidades incomoden menos al público. Tanto con Dudamel, concierto al que asistió Sonsoles Espinosa, como en el hoy comentado se hubieron de soportar molestas medidas de seguridad que provocaron comentarios que en nada beneficiaban a los «protegidos». Estas cosas hay que hacerlas pensando en la discreción y no en apabullar al personal con un montaje efectista.
Sí que el «Concierto para orquesta» de Bartok puede ser efectista cuando lo toca una gran agrupación, porque está escrito para el lucimiento de los instrumentistas.

Arpas a la derecha
El Mayo Musical no lo es. Hay buenos solistas, como el oboe, pero el conjunto no pasa de la discreción. Así los apuntes de los contrabajos en el «Gioco delle coppie» pasaron sin pena ni gloria, cuando la partitura está llena de detalles como esos. Curiosa la colocación de la orquesta, con disposición cuarteto para la cuerda, contrabajos a la izquierda y arpas a la derecha, lo opuesto a lo habitual.

Cerró el concierto una lectura de la primera de Brahms bastante anodina, con buen sonido del oboe en el segunda tiempo y pasajes turbios del «tutti» en el tercero. A años luz de la que ofreció Giulini con la Jonde en 1998 y en absoluto superior a la de la semana anterior de Frühbeck de Burgos con la Orquesta Nacional. Las propinas se decantaron por lo operístico y fueron lo mejor de la tarde.