Damasco
Julián Barrio: «El fútbol es un excelente medio para aunar sentimientos»
Los Años Santos Compostelanos son los de la Gran Perdonanza. Un tiempo especial de gracia, una llamada para «recapacitar sobre la genuina vocación a la santidad de vida», como asegura monseñor Barrio, arzobispo de Santiago. En este año Jacobeo en que se han triplicado los peregrinos, en que los Reyes han acudido al gran día del Apóstol y se espera para noviembre la llegada del Papa, teníamos que hablar con Monseñor Barrio de lo que comporta «peregrinar hacia la luz».
-¿Qué supone la peregrinación de Benedicto XVI, de la que usted es «tan responsable»?
-Mi profundo agradecimiento al Papa porque haya querido peregrinar a Santiago. Es una bendición especial y un gran impulso para la comprensión del Camino, de la Peregrinación Jacobea y del Año Santo. Su Santidad nos ayudará a recuperar la confianza en el valor histórico y humanizador de la fe.
-Goethe dijo que la conciencia de Europa nació peregrinando en torno a la tumba del Apóstol.
-La peregrinación compostelana maduró y reforzó una concepción cristiana de las relaciones entre hombres de países y costumbres diferentes, unidos en una misma fe y en una misma civilización.
-¿Sabría usted explicar a qué se debe la crisis de vocaciones que estamos viviendo ahora?
-Son diversos los factores, pero a mi parecer uno muy significativo es la pérdida de sensibilidad religiosa y espiritual en medio del relativismo en que nos encontramos en estos días.
-España ya no es la «reserva espiritual» y nuestras parroquias están llenas de sacerdotes latinos.
-Y hemos de agradecer esta presencia en nuestras parroquias. El sentido de comunión eclesial también se manifiesta en esta colaboración. En cualquier caso, una comunidad cristiana no tiene suficiente vitalidad si no es capaz de acompañar las llamadas que el Señor sigue haciendo a la vida sacerdotal.
-Volviendo al Camino: no sólo lo transitan creyentes, ¿merma la identidad espiritual de la ruta?
-En el Camino muchas personas encuentran la posibilidad de preguntarse quién es Dios para ellos y quiénes son ellos para Dios. Por eso para algunos se convierte en un Camino de Damasco y para otros en un Camino de Emaús. Otros dan sentido a su preocupación de seguir buscando.
-Hay estudios que sostienen que la tumba del Apóstol es el punto del planeta de mayor concentración energética. ¿Tanta fe acumulada a lo largo de los siglos lo ha hecho posible?
-La peregrinación a la tumba del Apóstol Santiago es encuentro con la tradición apostólica que fundamenta este don de Dios que es nuestra fe. Nuestra fe se fortalece transmitiéndola.
-No se enfade, pero no pocas fuentes aseguran que no son los restos del Apóstol los que se encuentran en la catedral sino los de Prisciliano.
-No sólo por afecto devocional sino también por los datos arqueológicos e históricos, estoy convencido de que nos encontramos ante la tumba del Apóstol Santiago. Después de los estudios realizados, así lo corroboró la Bula «Deus Omnipotens», del Papa León XIII en 1884.
-Los musulmanes deben peregrinar una vez en su vida a la Meca. ¿Un cristiano debiera hacer lo mismo con la peregrinación jacobea?
-Para los musulmanes es una obligación. Para los cristianos no deja de ser algo que pueden hacer por devoción.
«Nada nos puede ser ajeno»
-Ha sido un año muy convulso para casi todos: ¿cómo sigue un prelado la crisis económica?
-Con preocupación por tantas familias que están pasando por dificultades económicas porque han quedado sin trabajo o han tenido que cerrar sus empresas. Nada que afecte a los demás nos puede ser ajeno.
-También lo ha sido para la Iglesia, debido a los escándalos de pederastia en Alemania e Irlanda y anteriormente en Estados Unidos. ¿Cómo lo ha vivido?
-Con dolor y preocupación. No tendría que haberse dado ni un solo caso de lo que el Papa califica como «crimen odioso», pero también un pecado escandalosamente grave que traiciona el pacto de confianza inscrito en la relación educativa.
-Desde hace unas semanas, ya está en vigor la nueva Ley del Aborto.
-La Iglesia sigue defendiendo la vida desde el instante de su concepción hasta la muerte natural y se compromete a ofrecer toda la ayuda necesaria para que nadie tenga que ampararse en esta Ley para eliminar la vida de los que van a nacer.
-La intervención del cardenal Ortega ha sido decisiva para la liberación paulatina de los presos de conciencia cubanos. ¿No resulta paradójico que eso suceda en un Estado que se declara aconfesional?
-De alguna manera se subraya la autoridad moral de la Iglesia, para quien la dignidad y la condición de la persona han de defenderse siempre cualesquiera que sean las circunstancias del país.
-¿Por qué hay tanta simbiosis entre política y corrupción?
-No tendría por qué haber esa simbiosis porque no hay entre ellas una relación de causa y efecto. Si se da es porque hay un déficit de sentido ético y moral en la gestión de la cosa pública.
-Menos mal que el fútbol une lo que la política divide.
-Es un deporte de un alcance social significativo y esto se ha hecho muy evidente. Es un excelente medio para aunar sentimientos. La política no tendría por qué dividir.
-Hans Küng decía que hasta que las tres religiones monoteístas del mundo no se entiendan no habrá paz en el mundo.
-Una de las preocupaciones de la Iglesia católica es el diálogo interreligioso. Y no solamente es posible: es necesario, partiendo de una antropología común, base para un nuevo humanismo, para sanar la violencia en el mundo. Para los creyentes, así como para todos los hombres de buena voluntad, el único factor que puede llevar a la paz y la fraternidad es el respeto hacia las convicciones y las prácticas religiosas de otras personas.
-Digo yo que tendrá alguna debilidad, ¿no?
-Dice bien. Pero no debo contribuir a hacer propaganda de la misma.
-Amén de San Juan o San Agustín, ¿qué libros contemporáneos lee alguien como usted?
-En estos momentos estoy leyendo «Ciencia y religión», de Agustín Udías Vallina, «Una Europa cristiana. Ensayo exploratorio», de J.H.H. Weiler, y «Vida y destino», de Vasili Grossman.
-Confiese: ¿le gusta el rock, el blues o es más de bolero?
-No tengo preferencia.
-Perdone la frivolidad: ¿cuántas sotanas tiene alguien como usted?
-Dos y la del traje coral.
-¿A la tarde seremos examinados en el amor?
-Es una gran suerte saber ya la pregunta a la que tenemos que contestar. El tiempo siempre nos parecerá corto, pero bien aprovechado para hacer el bien, nos dará mucha tranquilidad para afrontar el examen.
Venerable locutor
Yo misma escuché hace dos años a monseñor Barrio ejerciendo a la perfección de locutor radiofónico ante una multitud de oyentes, tanto presentes como al otro lado de las ondas. La presentadora, María José Bosch, se había quedado sin voz tras obtener su «compostela» junto a un grupo de cien oyentes peregrinos. Al sentarse ante el micrófono le susurró: «Monseñor, no puedo». Y él continuó como un profesional. Debajo de toda su erudición, es un hombre cariñoso, empático y con un gran sentido del humor salpimentado de esa retranca gallega con la que dota el terruño a los suyos. Dicen que el hecho diferencial de este prelado con otros compañeros es la juventud que contiene cada uno de sus venerables años.
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