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Friki taca por Oché CORTÉS

La Razón
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Después de ver al pulpo Paul sentando los tentáculos sobre el cajón de España, a Carod Rovira le preocupa el subidón que la Selección está provocando en lo que tiene por su cortijo. Vamos, que no le pone nada ver banderas de España en Canaletas. Mucho menos que tres o cuatro mil catalanes canten lo de yo soy español. Y creo que se eriza pensando que cualquiera del Barça es capaz de darnos el gol que nos haga campeones del mundo. Claro, la cosa es que si Xavi Puyol, Busquets, Iniesta, Piqué o el mismísimo Villa –que ya es culé- ponen a los holandeses mirando hacia Antequera, lo mismo hay diez mil banderas de España por las Ramblas y definitivamente salen del armario sentimental los catalanes que andan celebrando en la intimidad los éxitos de la Roja. Porque lo que no vertebre el fútbol no lo va a desvertebrar Carod Rovira con sus miserias. La marca España se está imponiendo de manera definitiva entre la peña. España está de moda otra vez, aunque Carod se mese el mostacho con ira y Montilla le ponga una estrella a la Senyera. Lo mismo en la manifestación de hoy se ven más rojas y gualdas que de las otras. Sería un pelotazo y se merecerían esa lección de civismo y humildad por mediocres y sectarios. Así que con su actitud pedrorra, Carod Rovira ha sustituido el tiki-taca que ha puesto a nuestros bajitos en el candelabro mundial, por un friki-taca cansino y cutre que ya no le mola a nadie. A ver si después de ganar el Mundial, Carod y Montilla pierden las elecciones y se van con Luis Aragonés a rajar al geriátrico. Visca España y que haya alivio, amigos.