Bruselas

Más Europa euro más seguro por José CLEMENTE

La Razón
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Y la luz se hizo… De forma inesperada y contra todo pronóstico un radiante sol alumbró de nuevo el pasado viernes los siniestros rincones de una economía apagada, atada de pies y manos por la elevada deuda y el déficit y a la que se le sumaba un tipo de interés por el dinero prestado para tapar los agujeros del casco deteriorado que, lejos de ayudarnos a mantener la nave a flote, nos llevaba directamente al embarrancamiento más temido. No hay más que echar un vistazo a los vaivenes sufridos en el conjunto de la eurozona este último mes y medio para darse cuenta que, cruzada la línea roja en varias ocasiones, lo siguiente era el precipicio mismo. Y de esa situación tanto nuestros socios como nuestros enemigos eran plenamente conscientes. Por eso el viernes se hizo la luz, cuando tras más de doce horas de dura negociación en el Consejo Europeo entre el presidente español, Mariano Rajoy, y el italiano, Mario Monti, de un lado, y el grupo fuerte de la UE que encabeza la germana Ángela Merkel, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, y los primeros ministros de Bélgica, Finlandia, Holanda y Dinamarca se veían forzados a ceder a las demandas de la Europa del Sur, que mire usted por donde, también existe. La búsqueda de una solución no se remonta únicamente al golpe de mano dado en Bruselas el pasado viernes, pues antes se habían celebrado las cumbres del G-20 en los Cabos (México), en París y la semana anterior en Roma, sin que se alcanzaran acuerdos que frenaran la desaforada y salvaje especulación de los mercados sobre una parte de Europa, mientras la otra permanecía impasible y cruzada de brazos sin oponer la más mínima resistencia. Nuestro futuro de perdurar dicha situación era cosa de semanas, y créanme que no exagero lo más mínimo. Ni siquiera los fondos europeos para rescatar nuestro sistema financiero habrían sido suficientes, pues estaba previsto que fueran cargados a cuenta de nuestra deuda con lo que, al aumentarla, la asfixia nos habría llevado a parámetros similares a los de Grecia, Portugal e Irlanda.Y detrás de nosotros Italia y muy probablemente Francia. Pero Hollande no quería tragarse ese sapo y por eso arropó a España e Italia, lo que finalmente permitió el acuerdo. El resto es bien conocido. Inmediatamente después de que la Europa del Norte cediese el IBEX experimentaba una subida histórica al acercarse a los casi seis puntos de crecimiento y por encima de los siete mil puntos. De igual modo, la prima de riesgo inauguraba su caída situándose en los 474 puntos, al tiempo que la práctica generalidad de nuestro sistema financiero se disparaba en Bolsa con subidas por encima del seis por ciento. España e Italia respiraban, pero la Francia de Hollande también. Por eso acertó Rajoy al atribuir la victoria al euro, porque Alemania también sale ganando así como toda la Europa de la moneda única, porque una crisis en el Sur dejaría tocado y bien tocado al Norte. No hay pues vencedores ni vencidos, sino una Europa más unida que alcanza un pacto fiscal que deberá ser ampliado aún más si cabe. Los acuerdos de la cumbre de la UE han de llevarse ahora a la letra pequeña, donde Alemania quiere imponer sus criterios para asentar lo que ha conseguido cediendo ahora, que es más control del BCE. Hoy entra el vigor en Murcia el famoso copago farmacéutico y el Plan de Reequilibrio, duras medidas y a las que seguirán otras como el IVA, la luz (un 4 por ciento), el gas natural (un 2,3 por ciento) y la bombona de butano (un 6 por ciento). Y es que ceder a las propuestas de España e Italia no tiene nada que ver con contener el gasto. Por eso la vida sigue igual, pero para todos, no sólo para los del Norte, como Alemania, que ha olvidado muy pronto que hace sólo una década necesitó del resto de Europa para volver a ser lo que fue: una única Alemania. No hay que olvidarse de los errores, aunque sólo sea para no repetirlos.