Iglesia Católica
Vida familia y escuela claves del voto católico
Ante las elecciones autonómicas y municipales del próximo día 22 de mayo, los obispos de la Provincia Eclesiástica de Madrid (que incluye las diócesis de Madrid, Alcalá y Getafe) han querido difundir algunos «principios básicos» que deben considerarse para «ejercer libre y responsablemente» el voto.
Los obispos piden a los votantes un «conocimiento suficiente de los programas electorales de los partidos políticos y un atento discernimiento de las medidas que proponen para llevarlos a la práctica». Recuerdan algunos de los principios que deben orientar el voto católico. En vísperas a las manifestaciones del sábado 26 en defensa de la vida, recuerdan que «el derecho a la vida debe ser eficazmente tutelado en todas las etapas de la existencia de la persona, desde su concepción hasta su muerte natural. Ningún supuesto o real bien social o personal puede justificar la eliminación de un ser humano inocente por el aborto, incluida la llamada píldora del día siguiente o la eutanasia», especifica la nota. «El derecho a la libertad religiosa ha de ser también protegido. Comporta el respeto a los lugares de culto y a los signos religiosos, así como la tutela de la expresión y valoración públicas de las convicciones religiosas, especialmente las de la fe católica», añaden, mientras se desarrolla el debate sobre la libertad religiosa en las universidades y la existencia de capillas en los campus.
Defender el matrimonio
«Las leyes y las disposiciones administrativas deben reconocer, proteger y promover la institución del matrimonio, sin la que no es posible la vida familiar», afirma la nota, especificando que «la institución del matrimonio se basa en el consorcio de vida de un hombre y una mujer libre y definitivamente establecido en orden a la realización personal de los esposos y a la procreación».
Pero la protección de la familia tiene también exigencias económicas porque «exige que se facilite el acceso a una vivienda digna y a un trabajo acorde con las exigencias familiares». Respecto a la libertad educativa, pide «proteger el derecho de los padres a educar a sus hijos de acuerdo con sus convicciones religiosas, morales y pedagógicas. Lo cual comporta que se haga posible tanto la iniciativa social en la creación y dirección de centros educativos, como la libre elección de los mismos; y comporta también que las escuelas estatales se abstengan de imponer una determinada educación religiosa o moral, facilitando más bien la formación que los padres o los alumnos elijan».
Por último, el voto católico debe apoyar «un orden económico justo, que facilite el ejercicio de un trabajo justamente remunerado y que prevea mecanismos de atención especial para las personas a quienes más afecta la crisis económica y laboral, así como para aquellos que se encuentren en situación de marginación o de especial necesidad: inmigrantes, enfermos, ancianos, dependientes, etc.»
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