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Obama promete un «castigo ejemplar»
NUEVA YORK- El presidente Barack Obama repitió ayer su pesar tras la tragedia del fin de semana en Afganistán, donde murieron 16 civiles, entre ellos nueve mujeres y tres niños. Obama indicó que «Estados Unidos está destrozado [por lo ocurrido]. Nos tomamos lo que ha tenido lugar como si nuestros ciudadanos y niños hubiesen sido los asesinados. El Pentágono investigará lo sucedido y llegará hasta el final», advirtió el presidente acerca de la matanza cometida por un soldado estadounidense. Además, el jefe del Pentágono, Leon Panetta, ofreció pistas sobre el posible futuro del militar al indicar que la pena de muerte «podría ser considerada en este caso. La guerra es un infierno».
Obama realizó estas declaraciones ante los periodistas de la Casa Blanca después de que la violencia haya aumentado en Afganistán durante los últimos días. Primero, los talibanes, también responsables de la muerte de civiles, utilizaron la tragedia para justificar ataques con su retórica fanática. Ayer varios de estos extremistas cargaron contra una delegación afgana que fue a dar el pésame a los aldeanos en el distrito de Kandajar, donde tuvo lugar la matanza. Ningún miembro del grupo, que incluía dos hermanos del presidente, Hamid Karzai, y varios funcionarios de alto nivel, resultó herido. En cambio, un integrante de las Fuerzas de Seguridad afganas murió y otro fue herido. Obama se reunió con el mando de la misión de Afganistán, el general John Allen, y el embajador Ryan Croker, que se desplazaron a Washington tras lo ocurrido. Durante sus declaraciones, Obama cambió su discurso con la intención de aplacar las críticas que reclaman la retirada de las tropas en Estados Unidos, donde los ciudadanos han dejado de ver el sentido de la misión en Afganistán una vez que se ha dado caza a Osama Bin Laden.
Así, el presidente norteamericano indicó que «debemos abandonar Afganistán de forma responsable», aunque no descartó acelerar el ritmo de la retirada debido al creciente sentimiento antiamericano en el país.
En cambio, Washington tiene ya planeada su estrategia de salida con la vuelta de 23.000 soldados al final de este verano, la cual se completará a finales de 2014 con el traspaso de responsabilidades a las fuerzas afganas. Esta tragedia ha puesto de manifiesto el sentimiento antiamericano en Afganistán y también el estrés y los problemas psicológicos que sufren las tropas desplegadas en este país, que han aumentado respecto a 2005 debido a las múltiples rotaciones de los soldados. Entre ellos, los más reacios a hablar de estos fantasmas son los marines, los que más los sufren por llevar a cabo las misiones más arriesgadas. Todavía son un estigma y una terrible muestra de debilidad.
Un calendario para la salida de las tropas
El primer ministro británico, David Cameron, empezó su visita oficial de dos días a EE UU. La agenda tendrá como tema central el calendario sobre la salida de las fuerzas aliadas de Afganistán. De esta manera, las tropas internacionales pasarán a ocupar una labor de apoyo en la lucha contra los talibanes, de acuerdo con una estrategia acordada en una cumbre de la OTAN en Lisboa en 2010. Se espera que la fecha de la transición se conozca en mayo.
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