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La horca para Mubarak
EL CAIRO- Después de un durísimo alegato que ha durado tres días, la Fiscalía egipcia pidió ayer la pena de muerte para el ex presidente Hosni Mubarak, acusándolo de estar detrás de la represión brutal en la que perdieron la vida más de 800 manifestantes durante las revueltas que le derrocaron el pasado mes de febrero.
Según la acusación, Mubarak es el responsable directo y político de la violencia porque o bien dio las órdenes de disparar contra los manifestantes o bien no hizo lo que estaba en su poder para evitar que el ministro del Interior, Habib Al Adly, lo hiciera. Al Adly así como otros seis altos mandos de su Ministerio también están acusados de asesinato y se enfrentarían a la horca al igual que Mubarak.
El fiscal general, Mustafa Suleiman, ha pedido la pena capital para todos ellos, castigo previsto por el código penal egipcio para los delitos de asesinato y que se aplica cada año a decenas de presos comunes en el país. La Fiscalía dice tener pruebas irrefutables contra el ex dictador y los otros siete acusados después de haber recogido el testimonio de más de 2.000 personas, incluidos agentes y mandos policiales, y habría mostrado en la corte evidencias gráficas de cómo las Fuerzas de Seguridad dispararon a matar y atropellaron a los manifestantes con sus vehículos blindados.
Sesiones a puerta cerrada
Las acusaciones y las pruebas presentadas no se conocen en detalle porque las sesiones están teniendo lugar a puerta cerrada, sin que la Prensa pueda seguir el juicio, que se convirtió en un espectáculo mediático desde que comenzó el pasado 3 de agosto y Mubarak apareció con aspecto moribundo, tumbado en una camilla y vestido con un mono blanco de preso.
La imagen hizo que muchos egipcios se apiadaran del que fue su «faraón», mientras que para otros es una estrategia del dictador, que permanece hospitalizado bajo arresto. El fiscal comenzó su arenga el martes pasado acusándolo de haber ejercido de «tirano» durante 30 años, en los que llevó al país a la ruina y permitió que el cáncer de la corrupción se propagara.
Ayer concluyeron los tres días para la acusación formal fijados por el juez, que busca agilizar el lento y complejo procedimiento, que se reanudará la próxima semana. Pero todavía habrá que esperar para conocer la condena contra Mubarak, el primer dictador árabe de los derrocados durante las revoluciones de 2011 que se sienta en el banquillo y es juzgado por su propio pueblo.
Otros delitos del «rais» y sus hijos
Mubarak también se enfrenta a cargos por delitos fiscales, junto a dos de sus hijos, Gamal y Alaa, y a su amigo y magnate Husein Salem, actualmente retenido en España. Según la Fiscalía egipcia, los Mubarak recibieron sobornos por parte de Salem a cambio de garantizarle la adjudicación del negocio del gas natural que Egipto exporta a Israel, con el que el empresario ganó millones de euros, invertidos en varias mansiones en territorio español. Egipto ha pedido reiteradamente a Madrid que Salem sea extraditado para poderlo juzgar en su país.
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