OPINIÓN: Vaya ex

José Luis Corcuera es un sindicalista que creció durante el franquismo. Es decir, fue doblemente educado en los valores fundamentales de la antidemocracia, resumidos en dos expresiones: el «aquí mando yo» y el «no sabe usted con quién está hablando». Veinte años después de sus días de gloria, el ministro del Interior más siniestro de cuantos han sufrido los españoles ha dejado en Sevilla otro episodio ilustrativo de su carácter. Se quiso colar en el aparcamiento de autoridades de la Feria sin acreditarse (aquí mando yo) y amenazó a los policías que le pidieron que se identificase (no sabe usted con quién está hablando). Nada extraño en el ponente de las leyes de la patada en la puerta, tumbada por el Constitucional, y de la patada en la boca, tumbada por el clamor de la opinión pública. Estas reapariciones sorprenden-tes lo reconcilian a uno con su biografía porque, en tiempos de asqueroso relativismo, conviene saber en qué parte se está situado. Mientras estemos enfrente de los políticos que usan discrecional y abusiva-mente su cargo, vamos por buen camino. Si uno se ve riéndole la gracia al que amenaza a un policía con meterle un paquete o a una periodista con echarla de TVE, chungo.