Elecciones generales

Farsa electoral

La Razón
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El oportunismo electoral es una táctica política utilizada habitualmente por quienes menosprecian la inteligencia del votante. Y lo peor es que en numerosas ocasiones les da un magnífico resultado: Zapatero en 2008 al negar la crisis o al jurar que no volverá a negociar con ETA, por ejemplo. Ahora lo intenta Montilla, a cuatro semanas de las catalanas, al prometer que no va a reeditar el tripartito. Estaría bien que aclarara con quien le gustaría pactar, pues está claro que la mayoría absoluta que necesita para formar un gobierno monocolor no la obtiene ni en sus mejores sueños. Pero Lenin primero y Goebbels más tarde advirtieron de que una mentira mil veces repetida acaba por convertirse en verdad, y en ello está el PSOE. Para empezar, el nuevo número tres, Marcelino Iglesias, ya ha procedido a dar pábulo a la dudosa y oportunista aseveración de Montilla en vísperas electorales. Y es que la posible reedición del tripartito únicamente puede restar votos al PSC, por lo que Montilla reniega de sus socios durante cuatro años, abdica de su defensa a ultranza del catalán como lengua vehicular, rechaza las multas impuestas por su gobierno a quienes han rotulado en castellano o se muestra dispuesto a asumir la sentencia del TC sobre el Estatut. Todo vale con tal de recolectar votos en aquellos sectores a los que se les ha hecho la vida imposible durante cuatro años, porque la papeleta nacionalista irá a parar al saco de CiU. Como dice el refrán: «Entre el original y el sucedáneo, si puedo elegir, me quedo con el original: CiU».