Villa otra vez

El partido estaba inventado: contra calidad, velocidad y presión. Contra línea Maginot, la oportunidad de Villa. Paraguay supo a qué tenía que jugar y España tardó en hacerse a la idea de lo que tenía delante. En tales circunstancias Villar, guardameta paraguayo, se fue al descanso sin estrenarse. No así Casillas, que sí tuvo peligros inminentes, aunque tampoco tuvo que hacerse ninguna parada excepcional, a pesar de que en el primer minuto tuvo que intervenir.Costó ganar un partido que entrará en el mundo de las grandes y dramáticas anécdotas por los dos penaltis pitados y dos ocasiones malogradas. La primera, por Casillas, y la segunda por Villar, quien evitó el tanto cuando Xabi Alonso lanzó por segundo vez el castigo.Hasta el minuto veinte el partido lo llevó a su aire Paraguay. Después, se fue equilibrando y, sin embargo, España consumió los primeros tres cuartos sin disparar entre los palos. Villa fue el único que lo intentó con más ganas, pero su mejor remate no encontró puerta.El equipo español no llegó al área contraria con fluidez. Acabó pocas jugadas. Villa recibió pocos balones, Iniesta no tuvo sus mejores momentos y Torres tampoco mejoró con respecto a encuentros precedentes. Los paraguayos mantuvieron la presión y la velocidad en las contras más minutos de los deseados. Para ganar fue preciso, además de que Casillas detuviera el penalti y enmendara un yerro, que con la salida de Cesc, Iniesta pudiera jugar más desahogado y el equipo encontrara el tono deseado. Pedro ayudó para que Villa aprovechara su disparo al palo. El final, en tono mayor.