Sevilla sugiere que España sea intervenida para salir de la crisis

MURCIA- «De esta crisis saldremos». Con estas palabras comenzó ayer su intervención en el Foro Nueva Murcia el ex ministro de Administraciones Públicas durante la primera legislatura de Zapatero, Jordi Sevilla, quien aseguró que España «cuenta con empresas y familias preparadas para crecer, porque han hecho sus deberes de competitividad y han controlado su deuda». Si bien, hizo hincapié en que otra parte de la sociedad, por el contrario, no está preparada porque no llegan a fin de mes, ante lo que instó al ámbito político «a pensar también en ellos», en referencia a las últimas reformas puestas en marcha por el Gobierno central. En este sentido, Sevilla subrayó que el rescate bancario «no será suficiente» para que la situación económica del país mejore, y apostó por «convertir en útil lo inevitable, la intervención», sobre la que apuntó que «los mercados la están esperando». Al mismo tiempo, auguró que la Nación será intervenida en octubre, por lo que apeló a «olvidar los perjuicios» y a «acudir cuanto antes» a ese rescate ofrecido por la Unión Europea, pero con condiciones «negociadas» por España.
De esta manera, el ex ministro aseveró que sería un «error» que se utilizase el dinero europeo sólo para «tapar agujeros», ya que según opinó, «necesitamos una reestructuración» que podría comenzar «con la devaluación de las cotizaciones», puesto que el impacto «no es tan directo» en la sociedad.

Asimismo, Sevilla destacó que la deuda española es del 270 por ciento del PIB, de la que el 70 por ciento es del sector privado, y sólo un 30 por ciento del público, ante lo que hizo un llamamiento a la calma e indicó que la solución no está sólo en reducir ayuntamientos o bajar los sueldos de los políticos, sino «en no ahogar a las empresas y familias que son las que tienen que hacer frente a un mayor porcentaje».

Por otra parte, explicó que en lo que resta hasta final de año, el Gobierno tendrá que financiar una deuda de 80.000 millones de euros, por lo que insistió en la necesidad de «generar dinero y crecimiento», acompañado de un «pacto de Estado», porque sino, según apostilló, España «no lo podrá pagar».