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Álvaro Iglesias y Óscar: «Aún recuerdo a mi compañero gritando»

Álvaro Iglesias y Óscar: «Aún recuerdo a mi compañero gritando»
Álvaro Iglesias y Óscar: «Aún recuerdo a mi compañero gritando»larazon

Villamor, Rodrigo y Javi, además de ser nuestros compañeros eran amigos. En los momentos de bajón, Rodrigo se desvivía por los suyos, te ayudaba siempre. Había estado con él en Tenerife y en Londres, de vacaciones. Javi era una excelente persona, muy simpático y te contagiaba con su alegría. Villamor era tan grande como bueno, y muy sereno. Los tres eran la alegría del turno. Cada cosa, cada intervención, todo nos recuerda a ellos. Son el mejor ejemplo de lo que es la Policía Nacional. Siempre nos daban buenos consejos y nos apoyaban mucho. Sentimos rabia porque nos faltan, porque ya no están tres de nuestros compañeros.

Aquella noche, el pasado 27 de enero, nos alertaron de que fueramos a Orzán. Javi y Rodrigo iban en otro vehículo. Al llegar a un tramo de la orilla, encontramos a un francés que estaba fuera del agua y nos dijo que «quería llegar a Francia nadando». No le vimos mal, ya estaba en la orilla y le advertimos del peligro. En ese momento un chaval nos avisó de que había una persona dentro del agua a 100 metros de donde estábamos. Entonces nos dirigimos hacia allí y fue cuando vimos a un joven que estaba en el mar. Le gritamos y le enfocamos con linternas para indicarle que estábamos allí. El joven intentó aguantar, pero el mar, embravecido, nos dio varias sacudidas. Llegamos hasta él, nos costó agarrarlo y de nuevo el mar nos devolvió su furia. Se nos venía el agua encima. Actuamos lo mejor que pudimos, pero a cada sacudida le seguía otra cada vez que nos acercábamos.

Recuerdo a mi compañero Álvaro, gritando con la linterna en la mano, diciendo que faltaba Villamor. Hicimos una cadena humana de 20 personas y nos metimos poco a poco en el mar, pero se rompió y me vi flotando. La cuerda no aguantó la embestida de las olas. Gracias a la Policía Municipal y a Adrián Doce, un joven que se metió para ayudarnos con una cuerda, logramos salir. A ellos, nuestro agradecimiento, y a las familias de nuestros compañeros les envíamos mucho ánimo.

 

Bárbara: «Aunque puedas morir, salvas vidas»
Policía nacional que junto a cuatro compañeros salvaron a un hombre de morir ahogado al caer su vehículo al río Henares

Eran las 20:20 cuando entró una llamada de un testigo que decía que estaba convencido de que el vehículo que iba en sentido contrario al suyo había caído al río Henares, a la altura del Puente Zulema, en la madrileña localidad de Alcalá de Henares. Sabíamos que en esa parte del río hay muchísima profundidad. Al llegar, vimos un coche volcado. Estaba totalmente oscuro. Recuerdo la imagen de la linterna debajo del agua cuando comenzamos a hundirnos en una zona en la que pensábamos que no había agua. Había una pendiente pronunciada. Éramos cinco compañeros y bajamos en hilera haciendo una cadena. El agua nos llegaba a la cintura. Entre dos compañeros abrimos la puerta y vimos que el conductor tenía la cabeza en el techo, sumergida en el agua. Logramos sacarle y durante dos minutos le hablamos para que reaccionara. Poco después llegó la ambulancia. Volvimos a bajar para comprobar que no había más ocupantes. Cogidos de la mano, hicimos de nuevo una cadena. No sabíamos si estábamos cerca o lejos de la corriente y si al dar un paso nos podría arrastrar. Nos resbalamos. Tengo las rodillas moradas por los golpes y no he conseguido aún sacar el barro de las botas. Pero cuando vimos el vehículo hundido sólo pensamos que podía haber una persona dentro y teníamos que sacarla. En ese momento no piensas en nada más. La Policía es esto. Y vas con los ojos cerrados, y salvas a quien haga falta aún sabiendo que puedes quemarte en un incendio o ahogarte en el agua. Mis compañeros y yo formamos parte de un grupo operativo de respuesta y además de compartir profesión somos amigos. Salvar la vida de Manuel ha sido una gran satisfacción personal. Esta sensación es lo que hace que ayer, hoy y mañana, vengas y sigas. Ser policía es lo mejor que he hecho en mi vida.

 

Ángel Sánchez Albarrán: «No me siento un héroe»
Policia nacional que saltó a las vías del Metro para salvar a un hombre
Ese día lo tenía libre, iba a hacer unas compras con mi novia mientras esperaba el metro en Puerta de Ángel. Entonces vi a un hombre en la vía y salté. Fue una situación que me encontré de golpe y, sin dudarlo, me tiré. En ese momento no se piensa en lo que puede pasar, sólo en salvar una vida. Miraba al tren que estaba apunto de entrar para reaccionar a tiempo y evitar que nos arrollara. Lo saqué como pude. Después subí con los compañeros de seguridad, les pregunté si me necesitaban para algo y les dije que me iba a ver a mi chica que estaba tiritando. Dio la casualidad de que había una cámara del Metro que me estaba grabando, pero hechos como éste los hacemos todos los días. No me sentí para nada un héroe, intenté y sigo intentando pasar lo más desapercibido posible. Héroes son mis compañeros, a los que muchas veces no se les valora lo suficiente. Hice lo que tenía que hacer y ya está. No hay que darle más vueltas. Cuando todo pasó acababa de entrar en el Cuerpo, llevaba dos meses. Soy de un pueblo de Salamanca y siempre me gustó esta profesión, es algo que me encanta. He luchado mucho para estar aquí y es algo que tengo siempre muy presente. Cuando pude opositar me lo preparé mientras lo simultaneaba con un trabajo para costearmelo, al igual que muchos compañeros. Soy el primer policía nacional en mi familia, soy hijo de un agricultor. El Cuerpo significa mucho para mí, es mi vida. Quien entra aquí es por vocación, no por dinero. Lo mejor que tiene este trabajo es el contacto con la gente, el estar a pie de calle. Cada día es una historia diferente.