Estados Unidos

La «Rojita» sub17

La Razón
La RazónLa Razón

Hace ya muchos años que Estados Unidos lanzó al estrellato el fútbol femenino. Hemos visto brillantes partidos de sus selecciones, amparando el espectáculo y el negocio. A España llegaron grandes jugadoras, como Milene Domingues, que hicieron pensar en una evolución razonable del fútbol femenino en nuestro país. Ha habido personas muy trabajadoras, muy tenaces, llenas de fe, gentes de bien que han apostado por este deporte para que la mujer actuase en igualdad de condiciones.

Recuerdo que, en San Mamés, las chicas del Athletic congregaron más de treinta mil personas en una mañana. Como consecuencia de esa dedicación de más de treinta años de clubes y federación, la Selección Española de fútbol femenino comienza a gozar de cierto interés público. La planificación desde la base de las nuevas generaciones nos ha llevado a ganar el campeonato de Europa sub'17 y a pelear ahora, en Trinidad y Tobago, por las semifinales de la Copa del Mundo.

Hay un cierto paralelismo con el fútbol masculino. Ello nos lleva a pensar, salvando las abismales distancias, que la organización, la planificación, la creación de estructuras, la adecuación de campos de entrenamiento, la elección de entrenadores, preparadores físicos, médicos, etc... encaminan el trabajo hacia el éxito.

Una pequeña «Rojita» integrada por niñas menores de 17 años, capta nuestra atención y merece respeto. Ellas y todos los que nos han llevado hasta ahí forman parte de los más de sesenta títulos europeos y mundiales que el fútbol base español colecciona desde hace veintidós años. No ocupan portadas, salvo en rfef.es, no son seguidas por ministros o ministras, pero llenan vitrinas.