Déficit público

Ejercicio de responsabilidad

La Razón
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La V Conferencia de Presidentes autonómicos ha supuesto mucho más que un respiro para el Gobierno de España. Era muy importante, en la coyuntura actual, que se transmitiera a nuestros socios europeos y a los mercados internacionales un mensaje de unidad y de compromiso conjunto en el cumplimiento de los objetivos de reducción del déficit público. A nadie se le oculta que la situación económica de las comunidades autónomas españolas, incapaces de financiarse por sí mismas, venía alimentando las dudas en la Unión Europea sobre la voluntad real de afrontar los necesarios ajustes. Estas dudas, en parte interesadas, no hacen más que lastrar los esfuerzos presupuestarios, al mantener la prima de riesgo española muy por encima de nuestra realidad económica. De ahí que el acuerdo respaldado por todos los presidentes autonómicos deba ayudar eficazmente a corregir la percepción internacional sobre la viabilidad del Estado de las Autonomías que consagra nuestra Constitución. Como dijo ayer el lendakari Patxi López, se trataba de explicar que las comunidades autónomas no son sólo el problema, sino parte de la solución, y dejar, además, «manifiestamente claro» que el compromiso adquirido por el Gobierno con Europa se asume por todos con la voluntad de cumplirlo.
El éxito de la reunión adquiere todo su valor si tenemos en cuenta que el Gobierno se había mostrado inflexible ante la pretensión de las comunidades que presentan mayores desequilibrios presupuestarios de dulcificar los objetivos de déficit para 2013. Ha hecho bien Mariano Rajoy en no ceder en este punto porque el mensaje de volubilidad y falta de firmeza con los ajustes anunciados hubiera sido demoledor para nuestro crédito exterior, en un momento clave de la tortuosa negociación que mantiene el Ejecutivo con la Comisión Europea sobre las fórmulas de apoyo a nuestra financiación exterior. Lo han entendido así los presidentes autonómicos que, conscientes de las exigencias del calendario, han aceptado retrasar hasta el ejercicio fiscal de 2014 la revisión de los criterios de reparto del déficit con el Estado, de manera que se aminore el ajuste de las cuentas autonómicas y se autorice un déficit fiscal algo más alto. Esta medida, junto a la negociación del nuevo modelo de financiación por parte del Ministerio de Hacienda, debería terminar con las tensiones presupuestarias que tanto perjuicio han causado.
El propio Mariano Rajoy, que se mostró ayer muy satisfecho con el acuerdo, traslucía confianza en el futuro, convencido de que los gobiernos autonómicos «van a hacer todo lo que esté en su mano para cumplir». Ahora falta que el mensaje llegue alto y claro a los especuladores financieros.