César Jiménez firma una gran faena en la última de Murcia

En una corrida de Jandilla, en general brava, a Rafaelillo le tocó el peor lote. El primero repetía con fiereza, a veces, escarbaba y esperaba. El bravo torero murciano tuvo que tragar mucho pero acabó doblegándolo y consiguiendo excelentes tandas. Con el segundo, de escasa transmisión, estuvo voluntarioso, y no pudo redondear la tarde saliendo a hombros con sus compañeros de terna.

El Fandi, que repetía en el ciclo murciano, despierta pasiones en esta plaza, sobre todo, en el tercio de banderillas que volvió a poner con su habitual facilidad y espectacularidad. A su primero, se lo llevó después junto a los tendidos de sol, donde tiene a sus fieles partidarios; derechazos, molinetes, rodillazos y desplantes encendieron aún más los tendidos, al matar rápido, cortó dos orejas. El quinto fue uno de los inválidos de la corrida que, aunque intentó repetir faena, el toro se echó y fue imposible. Recibió una cariñosa ovación.

César Jiménez fue el triunfador de la tarde, no sólo por el número de orejas, tres, sino por su complexión e interpretación del toreo. Al primero lo toreó templado, juncal y elegante, quizás fue el mejor toro de la corrida. Lo citó de largo al comenzar la faena y le dio una espléndida tanda de pases cambiados. Estoico y cargando la suerte manejó con igual enjundia ambas manos. Cortó dos orejas de ley. Al que cerró plaza, de peor calidad, le dio también buenas tandas y cortó una oreja.