Valencia

Jordi Sevilla: «Los políticos se merecen el desafecto»

Con firma propia. Profesión: economista del Estado, ex diputado y ex ministro del PSOE. Nació: en 1956, en Valencia. Por qué está aquí: presenta ahora su segunda novela negra, «El valle de los olvidos» (Ellago/Novela)

Jordi Sevilla, presidente de Red Eléctrica
Jordi Sevilla, presidente de Red Eléctricalarazon

–«El valle de los olvidos». ¿A quién enviamos a ese valle?
–A los agoreros y pesimistas profesionales.

–¿Hace género negro para salpicar de emociones su vida blanca?
–No. Lo hago porque me gusta y no soy capaz de hacer otro tipo de novela.

–Ha creado al detective Ricki Trullos. ¿Le gustaría ser como él?
–Tiene mucho de mí y del tipo que me gustaría ser.

–Si Ricki investigara a los culpables de la crisis, ¿hasta quién llegaría?
–No hay un único malo en esta historia: la maldad está muy repartida.

–En Islandia han sentado en el banquillo a un político por la crisis...
–Hay que distinguir entre errores y delitos. Por errores no se debe sentar a un político en el banquillo.

–Sólo en el de los suplentes. En esta crisis negra el culpable no es el mayordomo, pero la estamos pagando los mayordomos...
–Es lo más frecuente e injusto: que paguen los más débiles. De ahí sale la novela negra y el 15-M.

–Los sueldos de los banqueros, los bonus... ¿Un insulto a la mayoría?
–Una prueba más de que no podemos dejar al libre mercado hacer lo que le dé la gana. La libertad absoluta no funciona en el mundo económico, precisamente porque hay maldad. Deben existir controles.

–Leo que un comité de sabios del viejo PSOE va a buscar nuevas ideas para Rubalcaba. ¿Está en él?
–Soy muy joven para estar en ese comité de sabios. Todavía soy una joven promesa.

–Una frase de Rubalcaba muy criticada: «Sé lo que tenemos que hacer para crear empleo».
–Yo no le hubiera aconsejado que dijera algo así. No ha sido una frase afortunada. Y no rectificar es un error.

–¿Se merecen los políticos el desafecto de la ciudadanía?
–Sí, se lo merecen porque no son conscientes de lo importante que puede ser ese desafecto.

–En su novela, un grupo intenta especular con el Valle de los Caídos. ¿En qué lo quieren convertir?
–En apartamentos. Ahí se ve que, por ganar dinero, los franquistas que describo son capaces hasta de desalojar a Franco del Valle de los Caídos.

–No sé si sería buena idea convertirlo en el Valle de los Caídos en Desgracia, ¿no?
–Sí, no está mal la idea, pero me temo que no íbamos a caber todos.

–«Menos mal que siempre nos quedará el vino tinto» (Ricki Trullos)