Sobre la pertenencia a Europa por Antonio López-Istúriz

Con el horizonte de las elecciones catalanas del 25 de noviembre, estamos viviendo un debate tan inoportuno como incompleto sobre una eventual independencia de Cataluña. Inoportuno porque en estos momentos los esfuerzos de todos, también los del Gobierno que dirige el señor Mas, deberían concentrarse en superar la crisis económica que afecta a España, incluida Cataluña. Ésta es sin duda la gran preocupación de los ciudadanos, y en resolverla deben concentrarse las instituciones públicas como de hecho está haciendo el Gobierno de Mariano Rajoy.
Pero también es un debate incompleto porque a menudo las declaraciones políticas son más la expresión de un deseo o una intención que la explicación de un realidad. Por eso es positivo que la Comisión Europea haya vuelto a clarificar qué establece, a día de hoy, la legislación europea para aquellos territorios de un Estado miembro que quieran independizarse.
Lo que establece es que una Cataluña que se declarara independiente quedaría automáticamente fuera de la Unión Europea (UE) y de todos los beneficios que conlleva la pertenencia a ella. Los dirigentes de CiU que apoyan la vía independentista pretenden hacer creer que Cataluña puede separarse de España y que la vida siga igual al día siguiente, pero además, sentándose en las instituciones europeas con el mismo nivel de representación y legitimidad que Francia, España o Italia. Nada más lejos de la realidad. Una Cataluña independiente quedaría fuera de la UE durante muchos años, con las consecuencias económicas y a otros niveles que ello acarrearía. Tendría que negociar su ingreso como han hecho todos los países, un proceso que dura varios años y que debe contar con el apoyo unánime de los Estados ya miembros de la UE. Esto es lo que deben saber los ciudadanos catalanes para que puedan decidir, con toda la información, si quieren embarcarse en semejante aventura.

Antonio López-Istúriz
Secretario General del Partido Popular Europeo (PPE) y eurodiputado