OPINIÓN: Locos por el chat

Las elecciones municipales no se ganan ni en los medios ni en internet, por más que esa maquinaria de derroche del dinero ajeno que son los partidos reproduzca a escala local su corte de pelotas, asesores, enchufados, comisionados, portamaletines, correveidiles y cogecosas. A muchos de ellos le ha dado ahora por las redes sociales: ahí que embarcaron a sus jefes en un encuentro con frikis digitales en el que no mostraron más que su risible ignorancia en la cosa del silicio. Como si los hubieran invitado las bandas de cornetas y tambores a competir por ver cuál de los tres desafinaba menos. Sacrifican miles de euros en el altar del gurú electoral como los aztecas ofrecían doncellas a sus dioses: para aplacar su ira. Una encuesta mal cocinada tumba a un candidato. ¿Cómo van a perder el tiempo en preocuparse por el ciudadano?