Nueva York

Giro a la derecha

La Razón
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Es una gran noticia para los republicanos que Texas o Arizona hayan ganado peso mientras que Nueva York, Ohio y Pennsylvania lo hayan perdido en el reajuste de los votos de cada estado para la elección del presidente. Obama buscará la reválida a sabiendas de que, en los feudos en los que triunfó hace dos años, sus papeletas valdrán menos.

Pero como en toda estadística, la lectura del censo debe hacerse en escala de grises. Y aquí se multiplican las incógnitas. ¿Seguirán los hispanos disparando las tasas de natalidad? ¿Conformarán un determinante poder político? ¿Está predeterminado su voto? ¿El asalto hispano será sólo estatal o habrá una ofensiva que golpee de lleno a Washington y, por ende, a los más nucleares puestos de mando a nivel mundial?

Estados Unidos se mueve demográficamente a pasos de tortuga. En el medio plazo, su futuro está marcado por la desdibujada huella de la inmigración. En el corto plazo, por la salida del gobierno de quienes por atenazados, por incapaces o por confundidos están tardando mucho en levantar la losa de la crisis.