Cataluña

CC OO y UGT piden a Zapatero pactar el sustituto de Corbacho como un «gesto»

Con su nombramiento, el jefe del Ejecutivo haría un gesto a las centrales sindicales tras la huelga general.

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Octavio Granado, actual secretario de Estado de Seguridad Social, se ha convertido en el más firme candidato a sustituir a Celestino Corbacho, cuyo nombre figurará en la lista del PSC a las elecciones catalanas que hoy proclamará el partido. Granado cuenta con el plácet de las centrales sindicales. Se ha ganado su confianza y ha hecho, en más de una ocasión, de enlace entre el todavía titular de Trabajo y los líderes de UGT y CC OO.

«Es un político que sabe de lo que habla y controla sus materias, lo cual es de agradecer en un momento tan delicado como el actual», asegura a LA RAZÓN un dirigente de Comisiones. Por eso UGT ha trasladado a La Moncloa que Granado cuenta con todos los parabienes de ambas organizaciones sindicales. Por si fuera poco, ocupa en la comisión ejecutiva federal socialista la Secretaría de Economía y Empleo. Este cargo le facilita hacer de puente entre las inquietudes sindicales y las del propio partido.

En este escenario, el jefe del Ejecutivo no descarta nombrarlo dentro de quince días nuevo titular de Trabajo en sustitución de Corbacho, que se marcha, después de haber perdido la confianza del presidente hace ya meses. Es más, el todavía ministro, consciente de la inminencia de su relevo en el Gobierno, se adelantó este verano a su sustitución y comunicó a Zapatero su intención de dirigir sus pasos de nuevo hacia Cataluña.

Con el nombramiento de Granado, Zapatero intentaría restablecer la relación con las organizaciones sindicales, después de la huelga general. Esta designación, junto con la negociación de la reforma de las pensiones, es la única concesión que está dispuesto a realizar a los sindicatos, después de que cerrará ayer la puerta definitivamente a modificar las recién estrenadas reglas de juego del mercado laboral.

Además de Granado, el nombre de Manuel Chaves suena con insistencia para llevar de nuevo las riendas de Trabajo. El presidente baraja convertir la Vicepresidencia tercera en una macrovicepresidencia, bajo cuya órbita recaería Empleo, Asuntos Sociales, Sanidad e Igualdad. Sin embargo, para su creación antes Trinidad Jiménez debe ganar las primarias a Tomás Gómez y convertirse, por tanto, en candidata a las autonómicas madrileñas. Luego, Zapatero debe decidir qué mes la releva en el Gobierno.


Comunicación
Pero antes, el presidente, amigo personal de Cándido Méndez, llamará a los sindicatos después de nombrar al nuevo ministro. «No les he llamado aún. Tenemos que dejar que las aguas se serenen un poco después de la huelga general. Debo nombrar un nuevo ministro a mediados de octubre y ese será el momento en el que empezaremos a trabajar en los temas que hay encima de la mesa», confirmó ayer a RNE. Tras reconocer estar perfilando el nombre del nuevo titular de Trabajo entre varias posibilidades, recordó que hay una agenda de reformas sociolaborales por delante, que habrá que «ir desbrozando poco a poco», entre las que citó las reformas de las pensiones y de las políticas energética e industrial.

Además, dijo esperar alguna señal de las centrales. Precisamente, los sindicatos ya han movido ficha. La señal que espera el presidente se produjo justo en el momento en el que trascendió la intención de Corbacho de salir del Ejecutivo. Por entonces, la central ugetista le hizo saber lo bien visto que está entre los sindicatos el secretario de Estado de Seguridad Social. La otra señal más reciente enviada por las organizaciones sindicales se produjo de la mano del propio Méndez, quien coincidió en los estudios de la Ser con la vicepresidenta primera este jueves, justo el día después del 29-S.


El hombre del consenso
- El actual secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, tiene una merecida fama de buen negociador. Se faja como nadie en las distancias cortas. Castellano viejo, se ha ganado a pulso la confianza de los sindicatos, pese a su dureza en el regate en corto de las negociaciones. Además, es un hombre respetado dentro de su formación política. Pertenece por derecho propio a la ejecutiva federal del PSOE, donde lleva las riendas de la Secretaría de Economía y empleo.