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La primera ministra de Rajoy
Desde 2004, Soraya Sáenz de Santamaría ha sido una de las personas de máxima confianza de Mariano Rajoy. Ahora le va a tocar coordinar la Presidencia y ser el rostro del Gobierno. Ya ha demostrado estar preparada. En cuanto al puesto de portavoz, Sáenz de Santamaría lo ha sido en el Partido Popular y, sobre todo, en el Congreso. Sus duelos con Fernández de la Vega y con Rubalcaba han ido creando una figura parlamentaria sólida, capaz de argumentar y responder con soltura y rapidez.
Como es una mujer amable, muy de nuestro tiempo, sabrá tratar a unos medios de comunicación con los que mantiene relaciones fluidas, pero con los que no existe ya el mismo grado de complicidad, como se dice, que existió en tiempos de la Transición y durante muchos años después. Sáenz de Santamaría se enfrenta al reto de reinventar una portavocía más profesional que donde antes. Mariano Rajoy, por otra parte, ha insistido –con razón– en la importancia de explicar las decisiones. Sáenz de Santamaría, con una excelente formación y una capacidad dialéctica bien afilada en el Parlamento, sabrá sin duda estar a la altura de este desafío, crucial para el éxito del nuevo gobierno. Todo esfuerzo pedagógico será poco.
Como vicepresidenta y ministra de la Presidencia, Sáenz de Santamaría recibe el encargo de coordinar el trabajo del equipo presidencial. La tarea va a poner a prueba su gran conocimiento de la legislación y la Administración pública, que viene de sus tiempos de abogada del Estado. Como funcionaria, además, puede dignificar una profesión que necesita ser prestigiada. Todo esto le permitirá sortear buena parte de los escollos que encontrará. Soraya Sáenz de Santamaría no va a ejercer un cargo simbólico. Más que un premio, la tarea que se le encomienda es de una responsabilidad que asustaría a mucha gente menos templada.
Ya ha dado muestras de su carácter riguroso durante la campaña y el traspaso de poderes. Ahora tendrá que demostrarlo una vez más en la gestión diaria de las decisiones, en particular de las medidas que muy probablemente se tomarán en los primeros días y que serán cruciales para el conjunto de la legislatura. Desde esta perspectiva, Sáenz de Santamaría recibe una gran autoridad, pero también un encargo arriesgado, de dificultad considerable. Su lealtad le ha llevado hasta un puesto donde también habrá de proteger al presidente. Según le dijo a quien la entrevistó por primera vez en La Moncloa, cuando Rajoy era vicepresidente del Gobierno, no le dan miedo los problemas. Ahora se enfrenta al mayor desafío de su vida política y profesional. A todos nos conviene que lo haga con el éxito que le auguran la honradez y la eficacia demostradas hasta ahora.
LOS RETOS
1.- Comunicación
Deberá explicar a los ciudadanos las medidas de ajuste que la crisis obligará a tomar.
2.- Coordinación
Recibe el encargo de coordinar el trabajo del equipo presidencial. La responsabilidad es crucial
3.- Capacidad dialéctica
Tras sus duelos parlamentarios con Rubalcaba ahora deberá afinar su soltura al argumentar y responder a los medios.
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