Zapatero confía estar «en la última curva» de la crisis

Crisis que asemejó a una «sinuosa y estrecha carrerera de montaña: apenas hemos dejado atrás la última curva, conjurando el riesgo de derrapar, nos encontramos el peligro de la curva siguiente», aseguró Rodríguez Zapatero. Experiencia de un año, según apuntó, que «hemos vivido peligrosamente» y aún reconoce, estamos en «tiempos difíciles, de gran complejidad e incertidumbre que nos ponen diariamente a prueba a todos». Son palabras que José Luis Rodríguez Zapatero pronunció ayer en la entrega del Premio Nueva Economía Forum, que recibió el Consejo Europeo en la persona de su presidente, Herman Van Rompuy y de quien, aseguró, puede dar «testimonio de su talante».

Zapatero aseguró ayer que «en esta última fase de la crisis», la mayor aseguró «desde la Gran Depresión», y frente al incremento de la deuda pública en muchos países se ha puesto de manifiesto la necesidad de coordinar políticas macroeconómicas para reforzar al euro, a su juicio «no hacerlo sería perder totalmente el control del vehículo». En un discurso, con el que se afanó en asegurar que «España es europeísta, a las duras y a las maduras», el presidente miró también el resto de Europa para defender una «responsabilidad compartida de la que nadie puede abdicar». Como ejemplo puso Zapatero que «lo que duele en Atenas daña a Amsterdam, y si Barcelona florece, Berlín prospera». Tampoco dudó en reiterar que el Ejecutivo está cumpliendo en tiempo y forma con los compromisos de consolidación fiscal y con una agenda de reformas estructurales, que insistió, ya se está aplicando.

Políticas del agrado del Presidente del Consejo Europeo que en la práctica de nuestra lengua, se atrevió a decir: «José Luis has cogido el toro por los cuernos». Provocó la sonrisa de Zapatero y continuó con un mensaje de aliento: «España surgirá más fuerte después de la crisis». Eso sí, apeló al sentido común, al que prevalece más allá de cuestiones políticas.

Lecciones de la crisis para Van Rompuy que pasan por no rendirse al pesimismo, «la recesión que ha asolado a Europa ha durado sólo un año» y la necesidad de reconocer que no existe un problema de desequilibrios sino de desacuerdos dentro de la propia eurozona. En cualquier caso, según el presidente del Consejo Europeo, el mensaje es claro: «uno para todos y todos para uno. Porque el euro es nuestro destino común, no hay alternativa viable, sería un caos, una depresión» y no en un sólo país, aseguró, sino en todos. Añadió que «la gente no es tonta, no hay vuelta atrás» y aseguró: la eurozona resurgirá más fuerte después de esta crisis.