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Rayo: «Tu afición no te dejará morir»
Vallecas mostró su apoyo a los jugadores del Rayo después de que el club se acogiera a la ley concursal. El equipo empató (1-1) contra el Nástic
MADRID- «Ahora más que nunca, Rayo o muerte», decía la pancarta que adornaba el fondo que habitan los Bukaneros en el estadio de Vallecas. La afición está con el Rayo y sólo se apartará de su equipo por defunción. La suya, porque la de la entidad no se espera. Y si se acerca, ahí está Vallecas para evitarla. «Tu afición no te dejará morir», decía otro de los mensajes artesanales que colgaban de uno de los laterales del estadio. Era la expresión de un sentimiento. Otras no parecían tan espontáneas. En una se podía leer: «Confianza en el futuro. Confianza en Nueva Rumasa. A Primera».
Aparte de esos mensajes, todo parecía normal en Vallecas. Al menos fuera del estadio. Había más Prensa, pero no más público. Ni menos. No importa el nombre del rival, ni que el Nástic viva al borde del descenso. Sólo importa el Rayo. Su afición es una de las más fieles de Segunda. También estaba la presidenta, Teresa Rivero, que el viernes estaba afectada por los fríos invernales. En el campo sí había cosas diferentes. Los futbolistas acusaban los últimos acontecimientos. Algunos habían faltado al entrenamiento del viernes para que el propietario, José María Ruiz-Mateos, les explicara la situación de la entidad después de acudir a la ley concursal.
«Ha sido una semana difícil y no nos ha ayudado nada lo extradeportivo», reconocía después del encuentro José Ramón Sandoval, el entrenador del Rayo. «El equipo estaba tristón. Faltaba algo», afirmó. Y de esa tristeza no le sacaron ni los gritos de la afición, que no se apagaron desde el comienzo del encuentro. «Había cosas diferentes», añadía el técnico.
La tristeza del equipo fue creciendo con el paso de los minutos. Faltaba confianza y sobraban prisas. No ayudaron el gol del Nástic, un cabezazo de Powell a la salida de una falta, ni el penalti que falló Armenteros cuando se acercaba el descanso. «Emi [Armenteros] no suele fallar penaltis. Le ha afectado y después ha estado tristón todo el partido».
Vallecas animó siempre, pero los jugadores del Rayo sólo despertaron en la segunda parte cuando el árbitro anuló un gol a Piti por robar el balón al portero de manera antirreglamentaria en un saque de puerta. Después llegó la expulsión de Sergio, el central del Nástic, y su escandalosa pérdida de tiempo.
Los nervios que también acumulaba el público estallaron cuando un objeto lanzado desde la grada golpeó en la cabeza de uno de los jueces de línea. Después llegó el empate de Piti y Vallecas recuperó la normalidad. «No me preocupa lo extradeportivo porque no depende de mí», reconoce Sandoval. «Si buscara excusas no sería un buen entrenador». El Rayo sigue vivo y en ascenso.
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