Pensiones

Huelga de abuelos

La Razón
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Como los líderes sindicales convocantes de la huelga del 29 no saben latín, desconocen el origen de la palabra «huelga». Procede del latín tardío y significaba «resollar, jadear». De ahí pasó a nuestro castellano viejo «folgar», de donde estos singulares personajes han cogido su significado: «descansar, estar ocioso» o «divertirse, disfrutar», porque no se olvide que «juerga» es la variante andaluza de «huelga», admitida por la RAE desde 1899. Acepto, por supuesto, que la huelga es un derecho que tenemos los trabajadores, pero, hasta para reivindicar los derechos, hay que tener siempre presente primero los deberes. Y un aventajado discípulo de los dos grandes líderes sindicales, creo que de Andalucía, ha propuesto la genial idea de pedir a los abuelos que ese día cuiden de los piquetes, pero no de los nietos. Esto ha causado gran zozobra en mis sobrinos Pablo y Carlota, que dependen muchos días (el miércoles entre ellos) de que mis suegros queden a su cuidado y han hecho una pancarta en la que reza: «Por los derechos de los nietos. El futuro del país no puede cambiarse solo los pañales».
No con mis impuestos
Con la que está cayendo; con la tragedia de familias de clase media, que hasta ahora jamás habían tenido que acudir a pedir ayuda para comer y pagar los gastos básicos de la casa (pregunten en Cáritas); con lo bien que viven estos señores del trabajo de todos los españoles, no tienen ni vergüenza ni generosidad con sus compatriotas. ¿Para cuándo una casilla en la declaración de la renta, como la Iglesia, para su financiación? Cuando así sea, que se corran todas las juergas que les apetezca. Con mis impuestos, no.