Handke desgasta las suelas

Un apunte: «Raro: que el que viaja participe mucho más en la cotidianeidad y en el día festivo de los otros que el sedentario». Eso escribe Peter Handke en una de las tantas entradas que conforman «Ayer, de camino», el libro donde reúne las sensaciones, las lecturas, las notas que tomó a lo largo de los tres años que estuvo viajando por varios continentes y que, en conjunto, constituyen un manual de asombro ante un mundo que sólo puede verse cuando la mirada acaba y nace la contemplación. Japón, Francia, Holanda, Grecia, la antigua Yugoslavia y España, son algunos de los países que el austriaco visitó entre 1987 y 1990 sin vocación folclórica, pero atento a los detalles que expresaran aquello que se revela como inefable tras el murmullo de las palabras.

Senderos de Soria
«El estar en camino, si estás con una cosa o un trabajo, puede convertirse en una investigación, de la cosa como de ti mismo», apunta Handke mientras recorre senderos que lo llevan por paisajes de Soria, de Santiago, por Lugo, y le hacen detenerse en las minucias que ofrece la realidad. A partir de estos hechos, sin embargo, Handke pone en marcha pensamientos, aforismos, breves anécdotas que tienen que ver con la filosofía, con la música, con la literatura, en una mezcla milagrosa donde se dan cita pintores como Van Gogh, Rembrandt y Cézanne, filósofos como Wittgenstein y Spinoza, poetas como Machado y Hölderlin y muchos más que en su caminar, el de Handke, «sólo se puede convertir en danza cuando voy cargado».

Sobre el autor
Peter Handke nació en Austria en 1942. Su nombre suena con fuerza para recibir el mismo premio que Mahfuz
Ideal para...
descubrir lo que piensa y siente un escritor en un estado de «atención reposada»
Puntuación 9