Ferias taurinas
Valencia brinda un triunfal adiós a Barrera
Tras varios años de gresca y a la greña, ayer hubo reconciliación entre Valencia y Juan Pedro Domecq. Los toros de esta ganadería, ahora de luto, bien presentados y nobles, gustaron al público y dejaron lucir a sus matadores.
El Cid, por ejemplo, firmó una faena a su primero muy templada y ligada con la derecha, molestándole el viento al natural. Picó muy bien Juan Bernal al jabonero quinto, un toro con el que el de Salteras no terminó de estar a gusto. Muy ligero por el pitón derecho y destemplado ahora al natural, tuvo que recurrir a circulares y redondos para calentar a la gente.
Vicente Barrera, que se despedía de esta plaza, estuvo pulcro y voluntarioso en una primera labor tesonera y sin emoción. Tuvo mucho más aire el cuarto, también sin un mal gesto y bondadoso, con el que dejó una de sus típicas faenas de corte vertical, planta inmóvil, y mucho temple, llevándose las dos últimas orejas de su carrera en plaza de primera.
Con el tercero, que se sujetó con alfileres, pero tuvo clara voluntad de embestir, Daniel Luque no se aclaró en un trasteo cambiante y hueco en el que hubo poca limpieza. El que cerró plaza acusó el fuerte castigo recibido en varas y llegó a la muleta muy aplomado y parado, dejando a Luque sin más opciones que tirar de voluntad y ganas.
Cuarta de la Feria de San Jaime. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados y de buen juego. Vicente Barrera, silencio y dos orejas; El Cid, oreja y ovación; y Daniel Luque, palmas y silencio. Media entrada.
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