Cuando el destino es el vino

Aunque la palabra enoturismo aún no está recogida en el diccionario, es cada día más utilizada. No es para menos, pues el vino y la gastronomía son, cada vez más, los protagonistas de nuestros viajes.
Al afianzarse el sector vitivinícola como algo dinámico y vivo, la Asociación Española de Ciudades del Vino (Acevin), presidida por el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan, ha impulsado las Rutas del Vino en España, un proyecto enoturístico con el que pretende dar a conocer los territorios vitivinícolas con más tradición de la Península. El trabajo ha sido apoyado por la Secretaría de Estado de Turismo y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ya que ha sido concebido como una opción para dar a conocer al viajero una España diferente donde vivir experiencias nuevas.
Bajo la marca de este proyecto se encuentran sólo aquellas rutas que han trabajado con empeño y sin cesar. De las 21 rutas del trabajo, 16 están plenamente certificadas por Acevin, y todas ellas presentan una oferta muy diversa, profesional, innovadora, original y enfocada como un tipo de turismo no masivo y de gran calidad. El recorrido de estas rutas supone adentrarse en el mundo de los placeres, saboreando un amplio abanico de posibilidades en torno al mundo del vino.

De punta a punta
En el noroeste de la península, Ribeiro y Rías Baixas de Galicia sorprenden por la sombra de sus parras y el perfecto maridaje con la gastronomía del mar. Una tierra muy activa desde tiempos antiguos cuya población ha estado siempre íntimamente ligada al cultivo de vid.
Hacia el este, en la Rioja Alavesa, se encuentran interminables paisajes de viñedos y un amplio abanico de bodegas, que van desde la más tradicional a la más vanguardista. Muy cerca se sitúa Navarra, de la que se pueden destacar sus rosados, tintos y blancos, cargados de historias y emociones, todo ello fruto de la tradición y la innovación.
En pleno pirineo resalta la comarca de Somontano, donde los viajeros disfrutan del arte y la arquitectura saboreando los mejores platos y vinos. Tras ella, la Ruta de La Garnacha en territorio de Campo de Borja, en la provincia de Aragón, donde su llanura repleta de viñas, olivos y almendros seduce a todo el que lo visita. En Castilla y León sobresale la comarca de Ribera del Duero, donde se combinan los componente medioambientales perfectos para la elaboración de un vino pleno en aromas y matices. En Cataluña destacan dos municipios: Lleida, caracterizada por un vino de excepcional calidad creado por viticultores innovadores, y Penedés, que cuenta con vinos de gran intensidad aromática.
En la Comunidad Valenciana el vino ha impregnado todas las actividades del territorio. Un ejemplo de ello es la Ruta del Vino de Utiel-Requena. Si se avanza por la costa, se encuentra el municipio de Jumilla, en Murcia, que combina tradición vitivinícola ancestral con vino de plena actualidad.
La Mancha, tierra del Quijote, sorprende por su mar de viñas e itinerarios de leyenda. Sus pueblos confluyen con una cultura vitivinícola caracterizada por su gran sabor, calidad y aroma para tomar con platos como el pisto y las gachas.
En Andalucía existen dos rutas. La Ruta de Montilla-Moriles, en la provincia de Córdoba, descubre secretos que invitan a adentrarse en la historia y la cultura de la región; y la Ruta del Vino y el Brandy del Marco de Jerez, que acerca al viajero a la amplia carta de aromas de unos vinos diferentes salidos de sus extremos campos de tierra blanca «albariza».
Para finalizar, la última ruta de las 16 actualmente certificadas corresponde a Tenerife, donde se descubren peculiares vinos elaborados con las variedades listan negro y negramoll, además de otros como la tintilla, listan blanco, malvasía, gual... Todas ellas tradicionales canarias y prácticamente únicas en el mundo.
 

>> Dónde. Las rutas del vino salpican toda la península.
>> Qué es Acevin. Una asociacion formada por 59 ayuntamientos, 19 comarcas y 3 diputaciones.
>> Más información. En www.rutasdelvinodeespana.com.