Atlético de Madrid

Santander

El Atlético espeso y sin tino (1-1)

Un gol en propia meta de Canella adelantó a los de Simeone y Eguren empató para el Sporting. Falcao se estrelló ante un acertado Juan Pablo

El Atlético espeso y sin tino (1-1)
El Atlético espeso y sin tino (1-1)larazon

Al Atlético se le puso el partido de cara cuando Canella marcó en propia puerta, pero ayer los rojiblancos –al igual que le sucedió en Santander– hicieron bueno al meta Juan Pablo y fallaron ocasiones claras que le habrían dado los tres puntos y acercado mucho más a la Liga de Campeones. A Falcao le falló la inspiración y en todas las oportunidades en que se presentó con ventaja ante el meta sportinguista salió perdedor. El colombiano estuvo torpe y eso le permitió al Sporting no bajar los brazos, pelear hasta el final y demostrar que con Javier Clemente –buen planteamiento del técnico de Baracaldo– el equipo no se va a rendir.

Ésa fue la sensación que dio ayer. Entró muy enchufado en el partido el cuadro asturiano y desde el buen trabajo en el centro del campo, con constante presión sobre Diego y Koke, trató de anular las virtudes de un Atlético que se mostró espeso, que careció de fluidez en el juego y que con el gol de ventaja, tras una jugada de Adrián, no acertó a imponer su ritmo. El Sporting encontró oxígeno, no renunció al ataque y encontró el empate en un tanto de Eguren que dio la impresión de que controló con el brazo antes de disparar.

Mérito para el Sporting y demérito para un Atlético que se fue al descanso maldiciendo la ocasión fallada por Diego ante Juan Pablo, que evitó el gol. El descanso les dio más vida a los asturianos, que salieron al ataque, dominaron y obligaron a estar muy atento a Courtois. Clemente apostaba por jugar en largo y entre Colunga y Barral fijaban a los defensores rojiblancos.

A Koke se le acabó la gasolina y entró Salvio. Avisó Gabi desde lejos, volvió a fallar Falcao y con la lesión de Diego, el Atlético se quedó sin organizador, por lo que el partido fue de ida y vuelta. Gabi y Mario se multiplicaban para equilibrar el equipo. El Sporting también asumía sus riesgos. Clemente daba entrada a Trejo y Rivera, no se conformaba con el punto y procuraba tener el balón lejos de su área. La idea era buena porque el rival comenzaba a flaquear y la entrada de Pizzi y Salvio no habían aportado mucho.
 
Adrián, despedido con pitos por ser ovetense, dejó su plaza a Perea para que Juanfran fuera extremo. Y llegó otro mano a mano entre Juan Pablo y Falcao, tras una excelente jugada de Salvio que se saldó con ventaja para el portero. No era la tarde del colombiano y cuando Courtois mandó a córner un disparo envenenado por Colunga, Simeone debió dar por bueno el punto. Un punto que al Atlético no le deja muy buenas sensaciones.