Sevilla

La realidad supera la euforia sindical

Guerra de cifras y guerra en la calle. La huelga general tuvo una escasa repercusión en Andalucía, aunque los sindicatos se hicieron notar, y mucho, en las ocho capitales, donde protagonizaron numerosos actos violentos. Las centrales CC OO y UGT cifraron el seguimiento de la protesta en un 75 por ciento.

La realidad supera la euforia sindical
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Un «éxito total», a su juicio, extensible también a las movilizaciones convocadas en las ciudades, a las que asistieron más de 144.000 personas. La concentración más multitudinaria tuvo lugar en Sevilla, a la que asistieron los secretarios generales de CC OO y UGT, Francisco Carbonero y Manuel Pastrana, respectivamente. Fuentes sindicales cifraron en 50.000 personas la asistencia a esta manifestación, aunque la policía rebajó el número a 10.000.

La Junta de Andalucía, por su parte, se encargó también de calmar los ánimos. La portavoz del Gobierno andaluz, Mar Moreno, cifró el seguimiento del paro entre los 250.000 funcionarios de la Administración en un 7,8 por ciento. Los departamentos que más secundaron la huelga fueron las empresas públicas, con un 19 por ciento, seguidas de la Administración de Justicia –16,86– y la General –12,69–.

La sanidad y la educación fueron dos sectores en los que apenas se notó la protesta. El personal docente la secundó en un 5,68 por ciento y los sanitarios en un 3,55. Estas cifras revelan el escaso interés del funcionariado en los fines de la huelga, a pesar de los recortes que han venido sufriendo en los últimos meses.

A pesar de los actos violentos que llevaron a cabo los piquetes a las puertas de las tiendas, la patronal del comercio aseguró que un 90 por ciento de pequeños empresarios abrieron sus locales, salvo los del centro de las ciudades donde se desarrollaron las manifestaciones. La mayoría, autónomos, no tenían muchas esperanzas en la convocatoria.

En relación al transporte, las empresas funcionaron por debajo del 30 por ciento, respetándose los servicios mínimos pactados. Los autobuses metropolitanos prestaron servicio al 21,3 por ciento y los interurbanos al 28,6. En las principales estaciones de trenes y aeropuertos se formaron largas colas de pasajeros, sobre todo durante la mañana.

En la construcción el seguimiento fue de un 30 por ciento y en el campo apenas se notaron las incidencias de la protesta. Según Asaja, el paro fue secundado por un ocho por ciento de trabajadores agrarios. La mayor incidencia tuvo lugar en la parte occidental de Andalucía, donde la actuación de piquetes retrasó el inicio de la jornada en algunas fincas.

Frente al Palacio de San Telmo –sede de la Junta de Andalucía–, los principales líderes sindicales sacaron sus conclusiones. Pastrana aseguró que «el Gobierno no tiene más opción que rectificar, parece que Zapatero se ha quedado sordo y no nos quiere escuchar». Por su parte, Carbonero aludió a la «frustración de los políticos y poderosos».