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Las cámaras no grabaron la avalancha porque el vomitorio era «seguro»

La Razón
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Madrid- Sólo las cámaras de los teléfonos móviles de los testigos de la tragedia del Madrid Arena han revelado lo sucedido en el pasillo en el que tuvo lugar la avalancha mortal de personas. El motivo es sencillo: dicho pasillo no cuenta con cámaras de videovigilancia, pese a que el recinto tiene instalados 90 de estos dispositivos, que se controlan desde un cuarto de seguridad. La respuesta a la pregunta de por qué precisamente en ese lugar faltaba vigilancia directa habría que hacérsela al primer encargado de seguridad del Madrid Arena, que no consideró este espacio como «crítico», por lo que no era necesario instalar una videocámara. Las cámaras del circuito cerrado de este espacio vigilan, entre otras zonas, todas las puertas de emergencia donde estuvieron situados durante toda la noche de Halloween cuatro empleados de Seguriber más otro que rotaba entre puerta y puerta y, según ha podido saber LA RAZÓN, revelan que no hubo ninguna incidencia en las mismas pese a que en un principio se especuló con el hecho de que una de las salidas estaba cerrada, cuando se trataba en realidad de la entrada a la sala del control antidopaje. El pasillo donde ocurrió la tragedia fue concebido como el acceso de jueces y jugadores a la pista, ya que el Madrid Arena se pensó para albergar competiciones de baloncesto y tenis, y las cámaras de seguridad se centran en los vomitorios por los que circulan los espectadores. De hecho, una de las hipótesis de cómo tuvo lugar la avalancha tiene que ver con el hecho de que no estaban ordenados los flujos de personas. Mientras que en un partido la gente entra al comienzo y sale al final, durante la fiesta de Halloween los asistentes entraban y salían del recinto a voluntad. Además, no estaban separados por sectores y se desplazaban sin impedimentos entre las distintas plantas del edificio, lo que, a la postre, provocó que en los vomitorios y en los accesos hubiese personas circulando en dos direcciones. A esto se añade que el pasillo se convirtió en un auténtico callejón, puesto que la salida a la calle desde ese punto era enrevesada, había que subir o bajar escaleras para llegar a los corredores principales y a las puertas a la calle y, debido a que el Madrid Arena cuenta con diversas alturas, en la cota en la que tuvo lugar la avalancha, no había salidas directas a la calle, que están situadas en la cota más alta y más baja respectivamente del recinto de la Casa de Campo.