Cárcel

La sorda indignación

Los que mandan parecen empeñados en desairar a las víctimas. Un crimen aquí, en el que no aparece el cadáver, otro que se juzga sin cadáver y por jurado de jueces de carrera y finalmente un tercer asesinato de una niña de trece años, en Arriate, Málaga, donde ya Tony Alexander King dijo que actuaba con unos colegas que podrían ser grandes asesinos como él mismo

Entierro por la niña María Esther Jiménez Villegas
Entierro por la niña María Esther Jiménez Villegaslarazon

La Asociación de Víctimas de Delitos Violentos (Anvdv) que preside el abogado José Miguel Ayllón ha hecho llegar su indignación en un comunicado con ocasión de la muerte violenta de María Esther Jiménez Villegas, la niña de Málaga: «Para nosotros no sólo María Esther es víctima, sino también sus padres. Esto lo decimos en alto para que lo escuchen las autoridades que niegan el carácter y consideración de víctimas a los familiares».

Desde el primer momento, el delegado del Gobierno, que ha dado idea de cierto entusiasmo, dijo que se habían encontrado muchas huellas, como si eso fuera bueno, y todo el mundo pensó que el asunto estaba cantado y se vería en breve. Pues no: no se sabe nada y se está a la espera de conocer los avances de la investigación. Mientras tanto, las víctimas aumentan su malestar al ver cómo el juez dicta secreto de sumario en un asunto que parece muy claro: «Queremos denunciar –dicen los de la Anvdv– el atentado a los derechos de las víctimas que representa el "secreto del sumario", institución que para lo que verdaderamente sirve es para apartar a la víctima de la Justicia».

En la Audiencia de Sevilla se ha celebrado el juicio contra el menor de la banda por supuestos actos de violación, detención ilegal y homicidio de Marta del Castillo. El chico lo niega todo. Había declarado en varias ocasiones que era culpable de haber agredido a la víctima, pero ahora dice lo contrario. Por su parte, los padres de la víctima parecen haber perdido el último cartucho que podía devolverles a su hija.

Los de la Anvdv afirman «que es vergonzosa la cantidad de datos y detalles que viene dando la prensa sobre el caso y sin embargo se impide y se oculta esta información a la víctima». Todavía es peor lo manifestado por el delegado del Gobierno, desvelando el haber encontrado numerosas huellas, lo cual puede perjudicar la instrucción y la condena. Hartos de ver tanto proceso judicial en el que el agresor lleva ventaja, la asociación tan nombrada exige para las víctimas un abogado de oficio. Esta figura novedosa significaría que, en un futuro próximo, verdugo y víctima estarían por primera vez los dos asesorados desde el primer momento.

 Hay un exceso de casos sin resolver, pero nada de esto parece importar a los políticos que miran para otro lado. «Desde esta asociación debemos advertir, muy a nuestro pesar, que lo más probable es que nunca se encuentre al autor (caso Esther Jiménez), como lo confirma la mayoría de los casos de homicidios ocurridos en España en los últimos años, advierte la asociación de víctimas. Si comparamos el número de homicidios anual con el número de condenas y el número de presos por homicidios encontramos que la impunidad es de alrededor de un 70 por ciento».

En el caso que nos ocupa de María Esther, se preguntan en la asociación si es posible que se produzca falta de Justicia una vez más porque no se ponen los medios adecuados para que ésta se realice.

Jueces expertos

En esta carta de las víctimas, hay palos para todos. Se refieren a los agentes y preguntan con agresividad. «¿Y los policías que están investigando, son expertos, son especialistas? ¿Han acordonado la zona? ¿Han tomado todas las muestras o piezas de convicción posibles para que no vuelva pasar como en el caso de Sandra Palo, que los padres a los pocos días encontraron una diadema, un chicle, un trozo de casette...».

Para terminar, la asociación que preside el abogado Ayllón dice: «Puede que el juez sea un experto, que el fiscal sea un investigador infatigable. Por cierto, ¿estuvo el fiscal en el levantamiento del cadáver? Puede que los forenses sean peritos infalibles y acreditados y puede que los policías sean inmejorables, pero es que para que haya Justicia tienen que darse todas estas premisas juntas y a la vez. Por eso lo más probable es que no se haga Justicia, como nunca se hizo en el caso del Padre Coraje, ni en el caso de Marta del Castillo, ni en el de las niñas de Alcácer, ni en la inmensa mayoría de los 20.000 homicidios de los últimos años».

Para esta asociación la única verdad es que «las víctimas vienen siendo silenciadas y apartadas de la Justicia». El resultado es este enfado sin paliativos que hemos narrado.