Ciencia y Tecnología

OPINIÓN: Desapego escolar

La Razón
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Los dos grandes operadores de telefonía móvil lanzan ofertas por las que el usuario especifica qué publicidad le interesa (o puede soportar), la recibe, la lee y recibe puntos canjeables por llamadas o mensajes. ¿Por qué? Porque la atención, el acto de enfocar nuestra capacidad intelectual a algo («Aplicar voluntariamente el entendimiento a un objeto espiritual o sensible», «Tener en cuenta o en consideración algo», dice el DRAE), se está tornando un bien cada vez más escaso. La avalancha de información y el aumento exponencial del conocimiento convierten en escaso lo que éstos consumen: nuestro tiempo intelectual, nuestra atención. Ése es el drama de la institución escolar. Cuando la abundancia de información multiplica el valor del conocimiento y hace que nuestra suerte colectiva e individual en la vida dependan más y más del mismo, de nuestra cualificación; cuando más necesitarímos, pues, la escuela, es cuando ésta pierde la ventaja que antaño poseía, cuando era la puerta de la cultura, la mejor ventana al mundo, la única para la mayoría, lo que le aseguraba su atención.Ahora, tanto el conocimiento como la información se dejan ver con un clic. La pregunta que se hace cualquier adolescente es: ¿Por qué he de emplear mi tiempo en aprender precisamente esto? Y, si no hay respuesta por parte de la institución la habrá por parte del alumno: un desapego creciente respecto de la cultura escolar que puede derivar con facilidad en la desvinculación y el fracaso o el abandono. En nuestra era, el contenido de la educación debe ser relevante y, además, parecerlo.