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El Liceo se apunta al teatro dentro del teatro con «Adriana Lecouvreur»

El Liceo se apunta al teatro dentro del teatro con «Adriana Lecouvreur»
El Liceo se apunta al teatro dentro del teatro con «Adriana Lecouvreur»larazon

Barcelona- La mezzosoprano Dolora Zajick interpretó hace unos años a la princesa de Bouillion, rol clave de «Adriana Lecouvreur»,de Francesco Cilea, en el Teatro di Sancarlo de Nápoles. En un momento del descanso, alguien aporreó la puerta de su camerino con violencia. Asustada, fue a abrir y se encontró con horror a un hombre con la cara ensangrentada, que le suplicó si podía esconderle. Ni siquiera tuvo tiempo de decir sí o no, el hombre entró en la habitación y Zajick lo único que se le ocurrió fue ocultarlo debajo de sus vestidos.

Sin apenas poder respirar debajo de los trajes, el hombre le explicó que la mujer del tenor de la obra había comenzado a pegar a la gente que había abucheado a su marido. «Hasta entonces creía que "Los hermanos Marx en la ópera"era algo exagerado, pero vi que no. No podía haber pasado con otra obra que "Adriana Lecouvreur"», señaló ayer Zajick.

Una megacoproducción
La mezzosoprano reemprende su rol de princesa de Bouillion en un nuevo y espectacular montaje del clásico de Cilea, una de las cumbres del verismo afrancesado y mítico ejemplo de teatro dentro del teatro del mundo lírico, que del 14 de mayo al 3 de junio acogerá el Gran Teatro del Liceo. Bajo la batuta del maestro Maurizio Benini y la dirección escénica de David McVicar, el montaje nos lleva dentro de los entresijos de una gran representación teatral, con actrices envenenadas, amores palaciegos, celos asesinos y pasiones desbocadas, en una amalgama extrema de todo lo que es la ópera.

Coproducción a cinco bandas, con la Royal Opera House de Londres, el Staatsoper de Viena, la Ópera de París y la San Francisco Opera, el macromontaje cuenta con tres repartos diferentes de auténtico lujo, que incluyen a Roberto Alagna, Fabio Armiliato, Joan Pons, Barbara Fritolli y Daniela Dessi, entre otros. «Es muy divertido interpretar a una actriz sobre el escenario. Representa muy bien cómo somos nosotros», aseguró Fritolli.

La puesta en escena es tradicional, con los personajes vestidos a la perfección de época, introduciendo al espectador a las cortes ociosas de finales del siglo XVIII. «La ambientación puede decirse que es tradicional, pero los sentimientos que se representan son totalmente modernos», comentó Alagna.

Para Benini, la característica más grande de la partitura de Cilea es su juego de contrastes y cómo las diferentes voces de los personajes marcan su personalidad con un color característico. No en vano, la ópera ha pasado a la historia por sus grandes cantantes, de Enrico Caruso a Angelica Pandolfini.