Francia

Castella y Manzanares tablas con salida por la puerta grande

Toros de Núñez del Cuvillo, correctos de presentación, manejables, destacaron 2º y 6º. Curro Díaz, saludos y palmas, Sebastián Castella, saludos y dos orejas; y José María Manzanares; saludos tras aviso y dos orejas. Casi lleno.

El francés Sebastián Castella, en una imagen de archivo
El francés Sebastián Castella, en una imagen de archivolarazon

Sebastián Castella y José María Manzanares salieron ayer a hombros de la plaza de Beziers (Francia) en el segundo festejo de su feria agosteña tras igualar ambos en apéndices.

Encabezó la terna Curro Díaz. El linarense se encontró con un codicioso animal que repitió y metió muy bien la cara en las primeras tandas, pero que se fue, poco a poco, parando por lo que el diestro tuvo que ir por la espada, con la que recetó una buena estocada. Muy suelto de salida, el cuarto fue a contraestilo y embistió siempre echando la cara arriba. El matador desistió y se lo quitó de en medio con una entera habilidosa.

El primero de Castella protagonizó un buen tercio de varas y el torero comenzó con doblones una faena en la que hubo muletazos de mucho poderío. Trasteo de menos a más en el que barrió con la muleta la arena del ruedo. El astado no colaboró para matar, pero lo pasaportó de media y descabello. En los medios y con un par de pases cambiados, comenzó en el quinto el de Beziers , que estuvo por encima del burel. Lo hizo prácticamente todo el torero. Unos circulares en el epílogo, muy en corto, precedieron a una estocada de efecto instantáneo que hizo saltar al público de sus asientos para pedir los apéndices. Quizás, el segundo algo excesivo.

El primero de Manzanares embistió alegre, pero sin humillar y el trasteo no terminó de tomar vuelo. Mató recibiendo, pero hizo guardia al animal. En el sexto, comenzó su faena con ayudados por bajo para hilvanar las mejores tandas sobre el pitón derecho con un toro bravo y exigente al que entendió muy bien. Muletazos con enjundia, culminados en la suerte suprema, al cobrar una entera en todo lo alto.