Toledo
Cañizares y Zapatero por César Lumbreras
Ha llegado el día. Hoy se enfrentan, en el mejor sentido de la palabra, el cardenal Antonio Cañizares, colaborador de LA RAZON, y el ex presidente Zapatero, por todos conocido, a la vez que sufrido. Pueden estar contentos los responsables de este periódico que alumbraron la idea, dada la gran expectación que ha suscitado el acto a celebrar al lado mismo de las murallas de Ávila. De un lado está el anterior presidente del Gobierno que, antes de su llegada al poder, tenía tres ideas muy claras: la Iglesia Católica es la culpable de una gran parte de los males y del retraso de España; era necesario reconocer lo que llamaba nuevos derechos sociales (recuérdese la paridad y las medidas a favor del colectivo gay) y, por último, había que revisar todo lo relativo a la Guerra Civil y al franquismo (Ley de Memoria Histórica). Total, que cuando se convirtió en inquilino de la Moncloa, se puso a la tarea con denuedo. Las relaciones con la Iglesia Católica pasaron por momentos de una gran tensión, pero también es justo reconocer que el Gobierno socialista mejoró el trato económico a la misma. A ello contribuyó de forma decisiva Antonio Cañizares, entonces arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal con mando en plaza, y las buenas relaciones que mantuvo con la entonces «vicetodo» María Teresa Fernández de la Vega. Como decía, hoy se ven las caras y no descarto que Zapatero termine su intervención como lo hizo el periodista Manuel Aznar hace unos cuantos años, cuando, después de dar un palo tras a otro a un obispo de la época en un periódico catalán, terminó su artículo con «un beso su sagrada púrpura». ¿Se atreverá ZP?
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