Ese sueño inevitable por Marina CASTAÑO

De acuerdo con un estudio reciente realizados por psicólogos de la Universidad de Michigan, la tendencia a dormirse después del acto sexual se asocia con un mayor deseo de unión y afecto, cuando, hasta ahora, se interpretaba como un signo de desdén, de eludir más caricias o la conversación con la pareja. Sin embargo la explicación más ajustada sería la del relax que se produce después de un orgasmo, producido por esa liberación de compuestos químicos cerebrales de los que hemos oído hablar en más de una ocasión: la serotonina, la oxitocina o la hormona prolactina, que también regula el tiempo de recuperación, ese que tanto preocupa a los hombres, sobre todo en la fase de seducir a su «partenaire».
Es decir, que cuanta más prolactina se segregue, más sueño se produce.
Lo cierto es que no hay estudios concretos en lo que se refiere al sueño postcoital de la mujer; se ha llegado a decir, incluso, que, en algunos casos, el acto les pudiera producir hasta insomnio, sobre todo en las relaciones eventuales, aunque los compuestos químicos que liberamos, y que más arriba se detallan, eleva la sensación de unión entre ambos miembros de la pareja. En todo caso, las claves del sueño luego después del sexo todavía no están del todo descifradas, ni tampoco existe una regla que sirva por igual para todas las parejas. Por eso, que cada cual se aplique la explicación que más le convenga y mejor se ajuste a su propio caso, ya que, una vez más, las generalizaciones son peligrosas, si bien la explicación bioquímica es la que más se ajustaría a lo que le ocurre al común de los mortales.