Cataluña
Eduard Punset: «Sin el contacto de unos con otros no hay evolución»
Punset es uno de los grandes divulgadores científicos del siglo XXI, pese a sus inicios como economista y abogado. Ha entrevistado a cientos de mentes brillantes con el fin de buscar respuestas a los secretos que esconde el ser humano en su cerebro. Últimamente trata de buscar soluciones a la falta de gestión de las emociones.
- ¿Cómo nace su último libro?
-Hemos empezado a estudiar el tema de las discapacidades mentales: soledad, tristeza, estrés... Y nuestro primer resultado nos lo ha «robado» literalmente una editorial y ha terminado en el libro «Lo que nos pasa por dentro». En él lo importante eran las preguntas y no tanto las respuestas, hemos abierto una ventana al mundo.
-¿Existe en la actualidad una falta de gestión de las emociones?
-Ésta es una de las grandes constataciones de la ciencia hoy. No nos hemos preocupado en conocer el porqué dentro del 25 por ciento de los parados españoles, una gran mayoría son los jóvenes altamente formados (universidades, máster, posgrados...) pero que no conocen nada de las nuevas destrezas que se deben manejar.
-¿Cuáles son?
-No son extraordinarias, pero sí necesarias. La primera sería una profunda capacidad de comunicación a través de internet, en un trabajo que va más allá del manejo sistemático de las redes como se hace ahora. También hay que destacar el trabajo en equipo, ya que hasta el momento te convencían de que había que competir de forma individual. Y otra nueva competencia es la capacidad de concentración. Muchos hablan de la ausencia de la misma, pero no se trata tanto de eso sino de una falta de interés.
-¿Por qué hay que prestar especial atención a estas nuevas competencias?
-Hay que profundizar en el contenido de las mismas. Porque es ahora y no antes, y en contra de lo que pensaba todo el mundo, cuando están aumentando los índices de empatía, de solidaridad y están disminuyendo los de violencia. La gente dice, «¡pero, hombre qué dices!» Y yo les contesto: «Cualquier tiempo pasado fue peor». Y esto cuesta mucho que la gente lo comprenda.
-¿Las redes sociales vuelven frías las relaciones?
-En este campo hay que retrotraerse a los primeros homínidos y ver que ante cualquier avance hay un temor de que sea algo negativo: los trenes, internet, la clonación... El sentimiento es contrario alegando que eso destruye la individualidad. Y no tiene que extrañar ahora con las redes sociales, pero, como yo no me canso de repetir, sin el contacto de unos con otros no hay innovación, no hay evolución.
-Con esto volvemos a las nuevas competencias: el trabajo en equipo. Y es inevitable preguntrarle qué opina sobre que Cataluña quiera ser independiente de España, ¿se podría aplicar en este caso algún consejo de su libro?
-En estos casos, yo me sustraigo y miro la evolución desde hace miles de millones de años. Y así podemos concluir que quien ha querido ir por libre, al final lo ha hecho. Con lo que los no catalanes deben ponerse a trabajar para conseguir llegar a un punto en común. Las amenazas no surten efecto.
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