La carta de ciudadanía sitúa el catalán como la lengua del Ayuntamiento

El pacto municipal entre los grupos de PSC, ERC, ICV-EUiA y CiU dio ayer vida a la Carta de la Ciudadanía de Barcelona que recoge de forma «sintética, clara, pedagógica y normativa» los derechos y deberes jurídicamente exigibles de los ciudadanos de la capital catalana.El conjunto de normas de la Carta de Ciudadanía, que presentó un orgulloso Jordi Hereu, ya se recoge en la legislación vigente, aunque era un compromiso del Plan de Actuación Municipal (2007-2011) reunirlas en un documento. La carta explicita que los extranjeros tienen el deber de empadronarse y obtener los permisos de residencia si hace falta, así como «respetar los valores y la cultura que conforman la sociedad barcelonesa y catalana, y procurarán integrarse y adquirir las herramientas para desarrollarse cívicamente».Además, menciona los derechos a profesar una creencia religiosa y compromete al ayuntamiento a «mantener una relación equitativa y equilibrada en torno a las diferentes confesiones».Otro de los puntos destacables de la misiva se centra en el derecho de los vecinos a «solicitar una consulta popular» presentando propuestas de acuerdos, actuaciones y proyectos normativos.En el apartado de derechos lingüísticos, destaca que el catalán es la lengua propia del Ayuntamiento, «que promoverá la enseñanza, la difusión y el uso social». Desde el PP, el único grupo que no ha participado en la redacción de la carta, Alberto Fernández avanzó que su partido ha recurrido el texto. Entre las enmiendas destaca la petición de utilizar el castellano y el catalán en la relación con la Administración.