Caso Faisán
Del GAL al Chivatazo
¿Qué depravación moral y política propicia que unos mandos policiales avisen a ETA de la operación judicial que va a desmantelar la red de extorsión con la que atormenta a los ciudadanos a quienes la Policía debe proteger? Lo explicó Aznar en la inauguración de la Escuela de Verano de la Universidad Católica de Ávila: «cuando la política no se asienta en el concepto de verdad, cuando carece de sentido indagar sobre lo que está bien y está mal, lo que es cierto y lo que no lo es (…) habrá gobierno y habrá política, pero serán imposibles de distinguir del desgobierno y la mala política». Eso ha sido el zapaterismo.
El engaño permanente al servicio de una causa partidista. Cuando se negaba la crisis que ya estaba aquí y cuando se cedía al chantaje de ETA para avivar la ilusión de una paz ficticia. Sin escrúpulos para arrojar a millones de españoles al paro con su obcecación en recetas ideológicas erradas y para rendir la democracia con su empecinamiento en vendernos buena voluntad donde sólo hay trampa terrorista. Que ETA se jacte del triunfo de Bildu el mismo día que un juez procesa a la cúpula policial de Interior por un delito de colaboración con banda armada es el colofón de una política que nunca distinguió el bien del mal, la verdad de la mentira. La de Zapatero y la del peor PSOE. El que representa Rubalcaba. Portavoz del entonces gobierno de los GAL que combatía a ETA fuera de la ley, jefe después de la Policía que la violaba para no combatir a los terroristas con los que mantenía una negociación indigna y traidora.
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