Alimentación
Evitar la proteinomanía por José Antonio VERA
Durante la Navidad se toman demasiadas grasas y proteínas y eso nos debería obligar necesariamente a un intenso programa de depuración. Hay que tener en cuenta que con las dietas hiperproteínicas ingerimos un exceso de productos de origen animal, subidos de grasa y pobres en fibra. Paralelamente tomamos pocos carbohidratos. Este tipo de nutrición no es equilibrada y daña la salud. Decenas de estudios han documentado la relación entre el abuso de productos animales con diferente tipo de patologías. Sería incorrecto decir que los alimentos de origen animal son la causa del cáncer, por ejemplo, pero también parece demostrado que el mayor consumo de los mismos, combinado con una ingesta menor de productos agrícolas frescos, tiene más riesgos.
El National Cancer Institute subraya que el riesgo de cáncer de pulmón en mujeres que no fuman es 6 veces mayor en aquellas con la quinta parte de consumo de grasa saturada más alto. Otro estudio del Internal Medicine revisó los hábitos alimenticios de más de 76.000 mujeres y ligó el consumo excesivo de carne con el cáncer de colon. El consumo abusivo de proteínas es peor cuando va ligado a una ingesta pobre en alimentos reconocidos por ofrecer una poderosa protección antitumoral. Diferentes estudios científicos muestran relación entre los tumores del tracto digestivo, vejiga y próstata con un consumo bajo de frutas. Comer fruta muestra una poderosa asociación de respuesta con reducción en la mortalidad a causa de enfermedades metabólicas degenerativas. Hay también investigaciones que evidencian una disminución en la incidencia de cáncer colorrectal y estomacal con el consumo de granos enteros o integrales. La dieta ideal debe conducir hacia un balance alcalino del organismo.
El 85 por ciento del alimento debe ser alcalino, y sólo un 15 ácido. Por lo general en nuestra alimentación predominan más los ácidos. O sea, carnes y proteínas, leguminosas secas, quesos fuertes y bollería industrial con mucha harina blanca y azúcar refinado. Marc Ams sostiene que el envenenamiento proteico es la causa básica de la mayor parte de las enfermedades. Nuestro requerimiento real de proteínas es sólo de 25 a 35 gramos, pero por lo general tomamos el doble o el triple, e incluso mucho más. Por eso hay que intentar huir de la proteinomanía y adoptar una dieta equilibrada, hipoproteica, más alcalina e hidratada, con mucha fruta y verdura fresca, con más proteína de fuentes vegetales que animales. Particularmente ahora que ha pasado la Navidad es buen momento para ponerla en práctica.
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